El lobo de Wall Street
Comparte con tus amigos










Enviar

Drogas, mujeres cañón, sexo, fiestas y dinero, mucho dinero, un montón de dinero, montañas de dinero. Descubre como Leonardo DiCaprio se mete en el pellejo de Jordan Belfort para bañarse literalmente en dólares. Esta es la historia de… ‘El lobo de Wall Street’.

“Siempre quise ser rico” (Jordan Belfort)

el-lobo-de-wall-street-discurso

Crítica de El lobo de Wall Street

Desde el momento en que tuve conocimiento de este film de Martin Scorsese quise verlo casi de inmediato. Su temática me recordaba mucho a una película casi desconocida tituladaEl informador (Ben Younger, 2000). En aquella cinta se retrataba muy bien (y hablo con cierto conocimiento de causa) el mundo de los chiringuitos financieros, y cómo con las mentiras y la labia se le trincaba el dinero a la gente. Pues bien, ‘El lobo de Wall Street’ es todo aquello pero potenciado al máximo. En pantalla tenemos una total locura de película en la que los personajes arrasan con todo y con todos… empezando desde lo más abajo. ¡Esto es América señores y aquí todo es posible!

Conviene aclarar que la cinta está basada en hechos reales. Me refiero al inverosímil auge y la continua caída al reino del placer de Jordan Belfort. Hablamos de un corredor de bolsa neoyorquino que, junto a sus alegres colegas, se convirtió en un auténtico forajido de las acciones. La revista Forbes lo llegó a describir como: “Una especie de Robin Hood que roba a los pobres para dárselo a sí mismo”. El propio Belfort escribió un libro sobre su vida con la típica irreverencia e ironía neoyorquinas. A algunos críticos les pareció el perfecto retrato del consumismo y de la locura por el dinero que se ha apoderado de Estados Unidos.

“Dádmelos jóvenes y estúpidos y yo los haré ricos” (Jordan Belfort)

el-lobo-de-wall-street-america

Volviendo al film de Martin Scorsese asistimos, en primer lugar, a los funestos comienzos de Jordan Belfort (DiCaprio) en Wall Street recibiendo sus primeras “lecciones”. Posteriormente aplicará lo aprendido desde un garaje como improvisada «oficina». Para ello contará con la ayuda de su amigo y socio (Donnie Azoff aka Jonah Hill) y cuatro o cinco tipos bastante “peculiares”. Así es como Jordan logrará ir escalando poco a poco en el mundo de la bolsa y las finanzas. Todo hasta crear STRATTON OAKMONT, una empresa que “trincaría” más dinero del que pudiéramos juntar todos en varias vidas. Eso es una parte, pero hay muchísimo más que nos es contado a lo largo de un gran metraje de 180 minutos en los que su fabuloso ritmo impiden el más mínimo atisbo de aburrimiento.

El largometraje se aliña perfectamente plagado de excesos como las drogas y el sexo. En este sentido, atención a la buena ración de desnudos integrales y pibones con los que podremos disfrutar los espectadores masculinos. También triunfan unos diálogos totalmente subidos de tono, y situaciones brillantes y surrealistas. Todo ello es tan cachondo que hasta un cura terminaría por reírse (¡ojo! a una conversación sobre los “felpudos” y a otra sobre los enanos).

“¡Que empiece el desmadre!” (Jordan Belfort)

el-lobo-de-wall-street-desmadre

Hay que destacar también en esta crítica de El lobo de Wall Street como Scorsese vuelve a manejarse muy acertadamente en la dirección. El realizador entrega un film vivísimo, dinámico al máximo y divertido, muy divertido. No obstante, y como bien se puede apreciar por lo expuesto anteriormente, se trata de una diversión no apta para todos los paladares y recomendada exclusivamente para mayores de edad (sobra decirlo, pero por si acaso).

La cinta se remata con una destacada y variada gramola. A lo largo del metraje podremos escuchar temas tan famosos como “Gloria”, “Goldfinger” o “Mrs. Robinson”. Pero todavía hay más, y es que me queda por comentar las magníficas interpretaciones de todo el reparto con un descomunal (una vez más) Leonardo DiCaprio. El famoso actor se hace el amo y señor del film, el auténtico “lobo de WS”.

“Quieren echarme de mi casa… ¿Qué les digo? ¡Que se jodan!” (Jordan Belfort)

el-lobo-de-wall-street-amo

“Soy corredor de bolsa”. El dinero nunca duerme.

Leonardo DiCaprio está descomunal como Jordan Belfort, un chico que empieza tímido y preocupado por los clientes en sus inicios. Sin embargo, y tras recibir las primeras “lecciones” de un corredor ya curtido como Mark Hanna (un delgadísimo Matthew McConaughey), se olvida de la moral y de todo. Entonces es cuando empieza a aplicar la máxima de Hanna: “¡A la mierda los clientes! Lo que importa es llevarte el dinero al bolsillo”. 

DiCaprio aparece con pelo “engominado de betún” y rompiendo varias veces “la cuarta pared” en un intento por “explicarnos” cosas. Destaca su excelentísimo retrato de un tipo de carácter mesiánico para los suyos y dotado con una tremendísima labia y capacidad de liderazgo y motivación. Sin embargo, también lo veremos pasado de vueltas con las drogas, y excesivamente sediento de dinero y bellas mujeres. Bellas mujeres como la que interpreta Margot Robbie (el gran descubrimiento del film) que hace las veces de Naomi, su mujer y conocida con el alias de “La duquesa”. Para colmo, Naomi diseña lencería… atrapando en sus medias negras, tacones y desnudez al salido de Belfort ¡Tremendo matrimonio!

“Ahora mami irá por casa con las faldas muy cortas y sin nada debajo” (Naomi)

el-lobo-de-wall-street-pareja

Jonah Hill, Jon Bernthal y Kyle Chandler también están sobresalientes en sus respectivos roles. Especialmente hay que llamar la atención sobre Jonah Hill. En la piel de Donnie Azoff es todo lo contrario a la timidez que presentaba su personaje de Peter Brand en Moneyball (Bennett Miller, 2011). Aquí tenemos a un tipo tan salido como Jordan o más (atención a lo que hace la primera vez que ve a Naomi en una fiesta). Hill forma con DiCaprio una pareja absolutamente sensacional de completos alocados carentes del más mínimo sentido común.

Más controlado se muestra Jon Bernthal como Brad, el típico “jefecillo/cachitas” de barrio. Brad está contento con su pequeña parcela de poder y no quiere riesgos incontrolados. Y, por otro lado, en un papel que le sienta como un guante tenemos a Kyle Chandler como un boy-scout del FBI. Un agente especial que va como un sabueso tras las irregularidades que se cometen en STRATTON OAKMONT.

El plantel de secundarios también es muy sabroso con gente como: P.J. Byrne, Kenneth Choi, Brian Sacca y Henry Zebrowski que dan vida a los cuatro tipos con los que DiCaprio y Hill montan inicialmente la empresa. Ellos son los llamados “socios fundadores” y no tienen ningún desperdicio. Finalmente, también destacan el director de cine Rob Reiner como Max Belfort (el padre de Jordan que intenta poner en vano algo de orden), Jean Dujardin (genial como un banquero suizo de falsa sonrisa) y Matthew McConaughey con un físico demacradísimo y en un breve papel que es casi un cameo. No obstante, su aparición marcará por completo los inicios de la vida financiera de Jordan Belfort.

“Ser feroces, implacables. Ser putos terroristas telefónicos” (Jordan Belfort)

el-lobo-de-wall-street-donnie

En conclusión.
‘El lobo de Wall Street’ es una estupenda y divertida película sobre los excesos llevados al infinito y más allá. Destaca, sobre todo, por su vivísimo ritmo, su guión y por unos actores que, con Leonardo DiCaprio a la cabeza, se entregan al frenesí y a la locura más totales y absolutos. Es de esperar que al ver la película la gente no sólo se ría, sino que también aprenda algo. Aprenda a no confiar sus ahorros al primer desgraciado que le proponga pingües beneficios.

Tráiler de El lobo de Wall Street

Escucha nuestro podcast