Dangerous Animals

GÉNERO: Terror, Thriller
DIRECTOR: Sean Byrne
TÍTULO ORIGINAL: Dangerous Animals
PAÍS: Australia
AÑO: 2025
DURACIÓN: 98 minutos
GUIÓN: Nick Lepard
FOTOGRAFÍA: Shelley Farthing-Dawe
MÚSICA: Michael Yezerski

📄 SINOPSIS:

Zephyr es una surfista de espíritu libre que va y viene por donde le lleve el viento y las olas. Así termina en Australia. Pero, para su desgracia, se encuentra en el punto de mira de Tucker, un capitán de barco y guía de tiburones que realmente es un obsesionado asesino. Para su macabro deleite personal, Zephyr se convierte en su próximo objetivo y en el de los escualos a los que tanto admira. (Cineycine).

¿Qué pasa si combinas el cine de asesinos en serie con el subgénero de tiburones? Esta es la idea que a Sean Byrne se le ocurrió para hacer esta película. Ya mismo nos subimos al “Tucker Experience” para ver cómo Hassie Harrison tiene que lidiar con un nuevo tipo de asesino en ‘Dangerous Animals’.

“La gente no piensa con su cerebro, piensa con sus instintos. Los mosquitos son diminutos, matan a miles de personas al año con enfermedades que transmiten, pero no lo piensa. Su instinto no funciona, su cerebro sí. Sin embargo, si piensas con tu cerebro en 300 dientes afilados y en 40 toneladas de fuerza, tu instinto se convierte en miedo” (Tucker)

Crítica de Dangerous Animals

Debo decir que esta es una de esas películas cuya premisa base puede pillarte ciertamente descolocado si no sabes nada de ella. A saber: ¡Una cinta que combina el thriller de asesinos en serie con el cine de tiburones! Ahora bien, después de verla hay que decir que el director, Sean Byrne, hace cierta “trampa”. Pero no en el mal sentido. En realidad, el villano siempre es el propio Tucker que utiliza a los tiburones como arma homicida para cometer sus terribles y sanguinarios asesinatos. Y todo para su placer y deleite enfermizos. De hecho, los tiburones son tan víctimas como los incautos que caen en sus mandíbulas.

Sean Byrne es un director australiano curtido en el cine de género con otras dos propuestas separadas en el tiempo, ‘Cita de sangre’ (2009) y ‘The Devil’s Candy’ (2015). Anteriormente a estas dos películas se formó en los cortometrajes desde finales de la década de los noventa. Su filmografía es corta, pero con ‘Dangerous Animals’ puede situarse dentro del mapa del terror. Y más si tenemos en cuenta su escaso presupuesto de 2 millones de dólares, según algunas fuentes. El pelotazo puede estar servido contando además con buenas críticas. Aquí nos ofrece un thriller de suspense bien llevado que tiene una muy notable fotografía, una protagonista muy competente y un villano tremendamente “cabronesco” y demencial.

Personalmente pienso que ‘Dangerous Animals’ es una de las propuestas más interesantes de este verano. La cinta fue lanzada casi de tapadillo entre tanto blockbuster y films de terror apadrinados por estudios grandes. La propuesta de Byrne ciertamente funciona como película de género totalmente amoldada a su condición. Y además funciona sin ningún tipo de alegoría ni pretensión. Su objetivo “básico” no es otro que el entretenimiento puro y duro en 90 minutos. Y esto lo consigue siendo un logro muy a tener en cuenta. Además, Byrne nos entrega una dirección sobria para un proyecto de género como este. Atención a su composición de planos y recreación de la sensación de aislamiento a bordo del barco de Tucker.

Como acabo de exponer, el mayor logro de Byrne es introducir al espectador en esa experiencia y/o sensación de estar inmersos en el barco. En este sentido, ‘Dangerous Animals’ se rodó en Queensland, la zona donde prácticamente se ruedan muchas películas de tiburones australianas. Esto se aprovechó para grabar también a tiburones reales en su hábitat natural atacando y devorando presas buscando así el máximo realismo al “mezclarlos” luego con los actores. Aquí la influencia del estilo de Andrew Traucki está presente. No obstante, también encontramos algún tiburón realizado con un CGI mejor de lo esperado. Siguiendo con los tiburones, decir que sus ataques son violentos y creíbles añadiendo el gore necesario para crear el impacto que se busca… pero nunca empleado como recurso absurdo. Tenemos que recordar que Tucker los utiliza como armas homicidas llegando a explicar cómo consigue este “hito”.

Quizás el punto más flojo de la producción es la partitura de Michael Yerezki. Rara vez repudio la música de terror… pero, en este caso, la banda sonora resulta demasiado anodina y, en ocasiones, carente de fuerza. Parece de escasa importancia estando más cercana a un diseño de sonido sin impacto ni sensación de amenaza. Una lástima porque el cine de terror suele ser un buen territorio para demostrar la valía en cuanto a creación de bandas sonoras malsanas, especialmente en una película como esta. Tampoco sobresale mucho en las escenas dramáticas o de “sense of wonder” cuando el film nos muestra la belleza del océano.

Teniendo también en cuenta el escaso presupuesto del film, el nombre más conocido del reparto es el de Jai Courtney. El australiano da vida al sádico Tucker entregándose al total desparpajo de su personaje incluyendo un baile que recuerda al del despiadado Bufalo Bill en El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991). Atención a los cambios de humor de Tucker con Courtney pasando de la camaradería a la psicopatía total. Sin duda, una de las interpretaciones más brutales y sólidas del actor después de haber sido vilipendiado en casi todas las producciones recientes de Hollywood. Su personaje es tremendo y un auténtico “animal” (él mismo se autodefine como un tiburón que busca el equilibrio en la naturaleza). Ojo también a algunos de los discursos que se marca justificando su deleite viendo a sus víctimas devoradas por los escualos que atrae a su barco.

La contrapartida de Courtney es la actriz Hassie Harrison interpretando a la joven Zephyr, una surfera americana que se encuentra en Australia para pillar olas. Su interpretación es la que se espera en su totalidad de una “final girl”: independiente, con un cierto trasfondo dramático para construir un mínimo al personaje y físicamente dura. Tanto Courtney como Harrison hicieron sus propias escenas de riesgo, a excepción de algunas con cables.

Otro intérprete a mencionar es Josh Heuston como Moses, un joven de clase alta que acaba de conocer a Zephyr y que ella no lo ve a él “para tanto”. Heuston entrega a un joven enamorado a primera vista que queda por debajo de la pareja protagonista. A destacar también las aportaciones de Rob Carlton y Ella Newton. El primero es Dave, el ayudante de Tucker que desconoce la doble vida de su jefe. Y la segunda es Heather, una de las víctimas que secuestra Tucker para torturarla.

En conclusión.
Acabo esta crítica de Dangerous Animals, una de las propuestas sorpresa de este 2025 que puedo calificar como un eficaz y solvente thriller de terror. Loable dirección de Sean Byrne y buen trabajo de sus dos protagonistas principales. Además nos muestra la belleza de la gran barrera de coral y los escualos que habitan en ella. Esta vez ¡menos es más!

Tráiler de Dangerous Animals

+ Lo mejor:

La sobria dirección de Byrne a la hora de mostrarnos el bello escenario y sus escualos. El uso justo del gore y sangre sin caer en el exhibicionismo. Jai Courtney y Hassie Harrison. La sensación de aislamiento en alta mar.

- Lo peor:

La música de Michael Yerezki más que apoyar a las imágenes choca con las intenciones de dirección de Byrne y no tiene una trascendencia sustancial ni tan siquiera en sus momentos más impactantes y dramáticos.

Puntuación de Cineycine

DIRECCIÓN
7
GUIÓN
6
REPARTO
6
6.3

Jose Luis C.

Existen personas que solo quieren ver el mundo arder
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