Operación Trueno

GÉNERO: Acción, Thriller
DIRECTOR: Terence Young
TÍTULO ORIGINAL: Thunderball
PAÍS: Reino Unido
AÑO: 1965
DURACIÓN: 130 minutos
GUIÓN: Richard Maibaum y John Hopkins sobre la novela de Ian Fleming
FOTOGRAFÍA: Ted Moore
MÚSICA: John Barry

📄 SINOPSIS:

Mientras se hallaba en una clínica de recuperación, Bond acaba por encontrarse con dos personajes que serán claves para la misión que se le acabará por asignar: El Conde Lippe, un esbirro de Spectra no muy pulcro en sus métodos… y Palazzi, un piloto de la OTAN del Vulcano. Las bombas atómicas de este último serán robadas por Spectra cuando sustituyan al piloto por un esbirro “doppelgänger” de la organización. Recuperar las cabezas, yendo hasta Nassau, es el cometido de Bond. Tiene tres días. Nombre en clave de la misión: “Operación trueno”. (Cineycine).

“Dos bombas atómicas que iban en el avión de la OTAN de esta mañana se hayan en posesión de Spectra. A menos que, en los próximos siete días, su gobierno nos pague 100 millones de libras esterlinas, destruiremos una importante ciudad de Inglaterra o de EEUU. Su aceptación a nuestras condiciones deberán indicarla haciendo dar al Big Ben siete campanadas mañana a las seis de la tarde”. En esta ocasión, James Bond tiene que hacer frente a una auténtica ‘Operación Trueno’.

“He creído ver un espectro a su espalda. El espectro de la derrota” (James Bond)

Crítica de Operación Trueno

Esta fue una tremendamente ambiciosa nueva entrega de Bond. Una producción que elevó hasta unos ya muy importantes 9 millones de dólares el presupuesto invertido para rodarla. En aquel momento fue, sin duda, la más intrincada y difícil adaptación de todas las llevadas a la gran pantalla con el agente secreto británico como protagonista. Y, para ello, Terence Young volvió tras el paréntesis de James Bond contra Goldfinger (Guy Hamilton, 1964). Young puso la condición de que fuera ‘Thunderball’ la novela de Ian Fleming escogida en esta oportunidad para su adaptación al cine.

Básicamente, ‘Operación trueno’ supuso en gran parte una mezcla de las dos entregas anteriores, sin contar la primigenia Agente 007 contra el Dr No (1962), que también dirigió Young. Así pues, de ‘Goldfinger’ heredaría el gusto por acercarse a los “americanos” y filmar una parte en Miami. El estilo de globalización que elevaría la franquicia en décadas venideras se acabó por implantar aquí. Y de la emblemáticaDesde Rusia con amor (Terence Young, 1963) tomaría los elementos que hacían a una película de Bond una experiencia inmersiva con una personalidad desbordante. Una experiencia que muchos intentaban imitar sin llegar nunca a sus mismas cotas. Es decir, propuestas con aliados, traidores, dobles juegos, exotismo, acción, aventura, mujeres desfilando, un villano de aspecto icónico y un lugar como enclave principal al que todos los espectadores desearían ir.

‘Operación Trueno’ presentó también una patente de corso para las futuras producciones en cuanto a su apuesta por el todo o nada. No solo en lo relevante con su presupuesto, sino también en cuanto a su ambiciosa acción, su tono aventurero, las emblemáticas localizaciones de la icónica Nassau, Connery pasando más tiempo en bañador o traje de neopreno que con esmoquin… y su colección de chicas Bond de uno y otro lado del espectro. Ni qué decir tiene que el ya comentado incremento del presupuesto alza el conjunto de todo esto de forma irremediable.

Por supuesto, y cómo consecuencia de lo anterior, la cinta contiene una serie de secuencias que, por separado, entran de lleno en el panteón de los grandes momentos de la saga. Ver, por ejemplo, el comienzo con el esbirro de turno haciéndose pasar por una viuda compungida, la mochila reactor, la piscina de agua salada con tiburones de Emilio Largo o las innumerables y peligrosísimas secuencias acuáticas. Entremedias hay varios momentos que el propio Young replica de sus dos obras anteriores. Incluso unos cuantos errores bien visibles de raccord y continuidad. Pero, en términos generales, ‘Operación trueno’ es un Bond triunfalista. Una entrega que eleva la apuesta hasta los máximos, tensando la cuerda de todas sus virtudes a costa de volverse insuperable… salvo que ya se traspasara la línea de la autoparodia.

El libreto del film, desde la adaptación de la novela de Fleming, presenta inevitables cambios. En palabras del propio Young, estos cambios se añadieron para mejorar el tempo narrativo y dar más peso al personaje de Domino. Hasta cinco escribanos se vieron involucrados en la redacción del script. Teniendo mayor peso las modificaciones del recurrente guionista de la franquicia Richard Maibaum. Sus modificaciones y/o añadidos se realizaron sobre el guión original a cargo de Jack Whittingham. A destacar que su libreto se congeló en pre-producción por motivos legales hasta 1963.

La fotografía del evento fue a parar con magistrales, y evocadores, resultados al gran Ted Moore. Un excelente “esculpidor” de postales marinas e isleñas. Además, Moore también sabía moverse muy bien en interiores. Si bien hay que apuntar las evidentes retroproyecciones y la reiteración en la aceleración de fotogramas del combate final en el Disco Volante. Vistas hoy, estas secuencias sacan totalmente al espectador de la emoción del mismo… Por su parte, John Barry resulta tan ejemplar como siempre con su partitura principal. Y con los extras musicales para los combates marinos, con la muy bien medida score de la tremebunda batalla submarina entre los esbirros de Spectra/Largo y los aliados de Bond. La canción de apertura fue para Tom Jones. El famoso “Tigre de gales” con su inequívoco toque personal saca adelante un tema no muy largo en duración, pero con acordes interesantes.

En el casting se alza totalmente mimetizado y luciendo su torso físico más que nunca Sean Connery (Bond). Connery lo da todo aquí, tanto en la parte de investigación como en los constantes careos con los malosos de turno. Amén del ingenio de sus frases o el inevitable aprovechamiento de su éxito con las mujeres. Da la sensación de haber disfrutado como nunca en esta producción siendo 007. Por otra banda, el actor italiano Adolfo Celi, parche en el ojo mediante, encarna más que solventemente a Emilio Largo, el número 2 de Spectra. Largo es un hacendado de buen vestir, finos modales, gustos caros y maneras implacables. Un tipo que se creía un ganador hasta que Bond se alzó como una amenaza sobre su presente y futuro.

En cuanto al desfile de las “Bond Girls” destacar a Claudine Auger como Domino, una joven aparentemente libre, pero sometida al yugo mental del villano de turno. Y también a la dura y letal Luciana Paluzzi como Fiona, una asesina que disfruta luciendo el anillo del octópodo del mal. Minutos de importancia van para Rik Van Nutter como el “nuevo” Felix Leiter. El actor entró y salió de dicho rol en este film. Y ¡cómo no! mención para los inevitables Bernard Lee (M), Lois Maxwell (Moneypenny) y el simpar Desmond Llewelyn (Q). De todos ellos destaca el cameo de este último surtiendo de un equipamiento clave e icónico para aventuras submarinas al siempre juguetón y poco agradecido 007.

“Vanidad, señor Bond. Sobre eso sabe usted mucho. El gran Bond que no tiene más que cortejar a una mujer para que ella empiece a oír coros celestiales… y, arrepentida, vuelva al lado de la justicia y la virtud. Pero no ésta, duro golpe para usted. Ha tenido un fracaso” (Fiona)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Operación Trueno, probablemente la aventura más exótica de todas las protagonizadas por 007… compitiendo con las posteriores escabechinas isleñas y selváticas de Roger Moore que, como poco, doblaban en presupuesto a esta. Aún hoy presenta algunas de las secuencias con tiburones que mayor peligrosidad transmiten. Además, supuso todo un lanzamiento a nivel calado comercial de Bond que definiría por siempre a 007 como emblema global.

Tráiler de Operación Trueno

+ Lo mejor:

Sean Connery pasándoselo bien y arriesgando el pellejo más que nunca. Todo lo relacionado con la acción acuática. El combate bajo la piscina salada de Largo. Es posiblemente el film con más muertes y más violento de Bond en cuanto a sus finishers.

- Lo peor:

Los citados fallos de continuidad, sobre todo dos de ellos especialmente visibles sin mucho esfuerzo. Las retroproyecciones y especialmente la torpeza infinita en la aceleración de fotogramas del desbocado “Disco Volante” del combate final.

Puntuación de Cineycine

DIRECCIÓN
7.5
GUIÓN
6.5
REPARTO
7
6.7

J. Glez

Crítico de cine especializado en análisis cinematográfico y reseñas detalladas de películas.
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