De padres a hijas
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Gabriele Muccino nos regala una sentimental y emotiva película. Aquí seremos testigos de cómo el amor de una hija por su padre (y viceversa) perdura para siempre. En este caso, la hija es Amanda Seyfried (y Kylie Rogers) y el padre es Russell Crowe. Y este es un film filmado ‘De padres a hijas’.

“Tengo que cuidar a mi hija” (Jake Davis)

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Crítica de De padres a hijas

En esta nueva película Gabriele Muccino vuelve a incidir en las relaciones paternofiliales y en la familia. Por un lado, seremos testigos de la bonita y cariñosa relación que se establece entre Jake Davis y su hijita Katie tras perder ambos a su esposa/madre. Y, por otro lado, presenciaremos las intrigas familiares de su cuñada para intentar arrebatarle a Jake a su pequeña. Para ello usará como un muñeco a su marido, un abogado que dice tener más dinero que Dios… Además, la película también avanza hacia el futuro de Katie mostrándonosla ya como una joven y ejemplar estudiante de Psicología. Una chica que tiene un tormentoso lado oscuro provocado por el pasado.

El medio cinematográfico que Gabriele Muccino usa hábilmente para contarnos las historias descritas en el párrafo anterior es el flashback. Las miradas al pasado y al presente son continuas en la narración pero muy naturalmente insertadas en el metraje. En el pasado los protagonistas son Jake Davis y Katie. En el presente todo el protagonismo va para una Katie ya adulta. Ambas narraciones van estableciendo, de manera muy acertada, el camino para que lleguemos a comprender el estado emocional actual de Katie.

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Al margen de las relaciones paternofiliales y la familia, el libreto también ahonda con bastante tino e interés en cuestiones importantes. Me refiero a temas como la enfermedad mental, la escritura y los niños con problemas. Además, también se incide, especialmente, en la falta de una afectividad amorosa que empuja a la autodestrucción personal.

La enfermedad mental queda reflejada en la psicosis maníaco depresiva que sufre Jake como secuela del accidente de tráfico. Una patología que casi le inhabilita para llevar una vida normal y tornándose muy peligrosa para su propia salud física. La escritura se recoge en las vivencias del propio Jake como escritor con todo lo que eso conlleva. Los niños con problemas se retratan en la figura de Lucy, una pequeña huérfana que se niega a hablar tras la muerte de su madre y a la que Katie intentará ayudar. Finalmente, la carencia afectiva aparece en la propia Katie. La joven se ve incapaz de intentar buscar una relación estable recurriendo a vías de escape que la llevan a la autodestrucción personal.

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“Tú y nadie más”… Tulipanes amargos.

En el terreno interpretativo tengo que haceros una llamada de atención en esta crítica de De padres a hijas. Si podéis, intentar ver esta película en versión original porque merece la pena ya que las actuaciones son sensacionales. De hecho, son lo mejor del film.

Descubrir a Russell Crowe a estas alturas es un absurdo. Crowe es un actorazo y en esta película realiza otra gran interpretación sin caer en “aspavientos” ni “exageraciones” innecesarias a la hora de mostrar en la pantalla la enfermedad mental que contrae su personaje, Jake Davis. La otra gran apuesta del film es Amanda Seyfried y me atrevo a decir que esta es la mejor interpretación que la he visto. Amanda da todo lo mejor de sí en las escenas dramáticas de su personaje, Katie. Casi nunca había visto a Amanda Seyfried a un nivel interpretativo tan alto (quizás en Los miserables).

Sin embargo, y aún estando fabulosos Russell Crowe y Amanda Seyfried, la gran revelación de este film es la pequeña Kylie Rogers. Kylie convierte en una explosión de naturalidad todas y cada una de sus intervenciones. Amén de sentir a Russell Crowe como si fuera su propio padre y lograr transmitir todo ese amor al público. Esta chiquitina me ganó por completo.

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Entre los secundarios destaca el muy buen hacer de Aaron Paul como Cameron, un joven periodista freelance que entabla relación con Katie. He de reconocer que esta vez Aaron Paul ha salido bien librado (no como en Need for Speed). En el film entrega algún que otro momento destacado que no puedo comentar para no caer en “spoiler”.

Al margen de Aaron Paul, también cabe mencionar el buen trabajo de otros intérpretes. Es el caso de Bruce Greenwood en el rol del cuñado perfecto, ese que tiene “más dinero que Dios”. Diane Kruger como su arpía esposa que lo maneja como un “muñeco”. Octavia Spencer da vida a la jefa del departamento de ayuda psicológica de Katie. Por su parte, Quvenzhané Wallis va muy sobrada de talento dando vida a Lucy, la huérfana de cuyo expediente se ocupa Katie. Finalmente, resaltar la participación de la mítica Jane Fonda. A sus casi 78 años (en la fecha de estreno del film) demuestra (en su rol de editora de Jake) que todavía sabe manejarse estupenda y creíblemente delante de las cámaras.

“Le echo de menos” (Katie)

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En conclusión.
‘De padres a hijas’ es un film que destaca fundamentalmente por sus estupendas actuaciones. Son unas interpretaciones que transmiten plenamente los diferentes estados de ánimo por los que pasan los personajes. Globalmente resulta una película emotiva, muy sentimental y con una dramática historia de la vida cotidiana por contar. Así es ‘De padres a hijas’ y, a nivel personal, me alegro de que sea así. No todo en el cine tienen que ser superhéroes o galaxias lejanas (por mucho que también me gusten esas películas, todo sea dicho).

Tráiler de De padres a hijas

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