El día de los muertos

GÉNERO: Terror
DIRECTOR: George A. Romero
TÍTULO ORIGINAL: Day of the Dead
PAÍS: EE.UU.
AÑO: 1985
DURACIÓN: 101 mintos
GUIÓN: George A. Romero
FOTOGRAFÍA: Michael Gornick
MÚSICA: John Harrison

📄 SINOPSIS:

Los zombis deambulan por todas partes y la Tierra se ha convertido en un planeta apocalíptico. En estas desesperadas circunstancias, un equipo de militares y científicos refugiados en un bunker intentan encontrar una cura o una reversión a la zombificación. Sin embargo, las tensiones del día a día, las diferentes personalidades y el acoso exterior de la carroña zombi irán minando la moral del grupo hasta provocar un inevitable conflicto. (Cineycine).

George A. Romero creó el género zombi en 1968 y, diez años después, fue capaz de llevarlo a otro nivel. Pero todavía había más. Y así fue como, en 1985, nos llevó al interior de un bunker para presentarnos a un podrido llamado Bub que hoy cumple 40 años. Toca afeitarse y ponerse guapos para asistir a su fiesta en ‘El día de los muertos’.

“Quizá nos ha castigado el Creador. Él nos ha enviado una maldición para que veamos qué aspecto tiene el infierno” (John)

Crítica de El día de los muertos

Estamos ante la tercera entrega de las películas dedicadas a los famosos podridos por parte de su creador, el mítico George A. Romero. Previamente, el director neoyorquino, ya había triunfado con ‘La noche de los muertos vivientes’ (1968) y con su tardía “secuela”, ‘Zombi’ (1978). Y, dejando otras películas suyas al margen, así es cómo llegó a ‘El día de los muertos’, la tercera entrega de su trilogía. Para los legos conviene aclarar que, a pesar de estar ante “tres películas de una misma saga”, cada una nos cuesta una historia independiente de supervivencia. El único nexo de unión entre las tres obras son los zombis y el ambiente de devastación en la Tierra. Esto supone que cada film puede ser visto y disfrutado de forma individual y en el orden que a uno le plazca.

Y si las dos películas anteriores ya eran buenas o muy buenas, ‘El día de los muertos’ no es la excepción. Todo lo que le podemos pedir a una cinta de zombis de Romero está aquí y a un nivel muy alto. Quizá por puntuación uno podría decantarse por esta o por la otra entrega. Pero la realidad es que resulta muy complicado decir cuál de las tres es la mejor desde un punto de vista global. Puede que muchos se decanten por ‘La noche de los muertos vivientes’ por ser la película que abrió la veda, pero ni ‘Zombi’ ni ‘El día de los muertos’ la desmerecen, al contrario.

Como era habitual, el propio Romero escribió el libreto y, nuevamente, todos los personajes y temas quedan muy bien perfilados. Especialmente se hace incidencia en el antimilitarismo presentando un pelotón de despreciables guerrilleros más que de militares. Los soldados del film no tienen ningún tipo de compostura y parecen sacados de una república bananera. Amén de estar liderados por un auténtico tirano. Por otro lado, el libreto de Romero también se acerca a la Ciencia para intentar detener a los zombis. Y este es un acercamiento muy en la línea de la obra cumbre de Mary Shelley. De hecho, el doctor del film es apodado Frankenstein. Hablamos de un individuo que tampoco sale bien librado ya que, pese a su amabilidad y cordialidad, también ha entrado en una espiral de locura con experimentos y “premios” cuestionables o directamente inmorales.

En relación con la Ciencia y Frankenstein está la introducción por parte de Romero del “aprendizaje” zombi. Realmente esta es la parte más curiosa y destacable del guión. A través del doctor, y de su “alumno” más aventajado (Bub), nos llegaremos a cuestionar si los zombis son capaces de aprender, recordar e incluso ¡sentir! Algo en lo que Romero volvería a ahondar, aunque más brevemente, en la posterior La tierra de los muertos vivientes (2005). Aquí ver las clases que recibe Bub por parte de Frankenstein es algo que no tiene precio… Por supuesto, no puede faltar tampoco la típica referencia religiosa en el sentido de considerar toda la plaga zombi como un castigo del creador (ver, por ejemplo, la frase introductoria de esta reseña). Esto último muy habitual en las escrituras de Romero.

Del trabajo de maquillaje y trucaje de nuestros queridos podridos se ocuparon Tom Savini y Greg Nicotero. Ambos nos entregan unos muertos vivientes que guardan cierto parecido con los vistos en ‘Zombi’. Con esto me refiero a que bastantes de ellos conservan ese aspecto “azulado” que les dio el propio Savini en el film de 1978. El resto ya tienen un color más cercano a la carne “podrida”. Naturalmente se trata de zombis lentos que tienen su mayor peligro en la fuerza del grupo. Así pues, cuando se juntan en manada son capaces de arrancar cabezas y realizar tremebundos descuartizamientos. Y todo esto filmado con pleno lujo de detalle y gore por parte de Romero. Por ejemplo, podremos ver cómo se le caen las tripas a un zombi al suelo u observar en primer plano cómo le sacan los intestinos a un soldado (emplearon casquería real de cerdo).

En relación con los efectos está la ambientación. En este apartado vemos como Romero también se gana otro punto positivo. Al margen de mostrarnos unas conseguidas imágenes de una Florida totalmente abandonada (ojo al caimán que sale de un edificio) y tomada por los zombis, el grueso de la acción tiene lugar en un bunker subterráneo que, tiempo atrás, debió ser un silo de misiles y una mina. La ambientación en ese lugar está totalmente conseguida y además es doble. Por un lado están las limpias estancias y habitaciones del personal. Y, por el otro, está toda la ominosa, oscura y sucia zona de las galerías. Se incluye ahí esa trampa mortal que es esa especie de “corral”, “establo” y/o “granja” donde tienen retenidos a los zombis para investigar con ellos. Brutalísima esta idea de Romero de coger a los podridos como si fueran reses…

En el casting brillan con luz propia dos actores con dos interpretaciones radicalmente diferentes. El primero a destacar es Richard Liberty como el Doctor Logan más conocido como Doctor Frankenstein. El actor está completamente metido en su papel. Un papel de científico calmado, amable y entrañable. Todo esto potenciado por su aspecto exterior de abuelito desaliñado. Sin embargo, pronto nos daremos cuenta de que ha enloquecido convirtiéndose en un “científico loco”. Y si Liberty está metido en su rol ¡qué decir de Sherman Howard como Bub! Ojo porque Howard nos regala una inolvidable performance como el alumno-zombi aventajado de Frankenstein. Sus gestos, gemidos, forma de coger los objetos y “reconocerlos”, su “llamada” a Tía Alicia,… todo inolvidable. ¡Probablemente el mejor “podrido” del cine!

Al margen de Liberty y Howard otro que también sobresale mucho es Joseph Pilato como el Capitán Rhodes. Es mirarle a la cara y ver reflejado todo el odio y asco que siente no sólo hacia los zombis, sino también hacia el resto de militares y científicos. Para la historia queda su última frase, improvisada por el propio Pilato, que revela lo mucho que se había metido en su odioso y dictatorial personaje. Hablando de sus compañeros militares hay que citar a Gary Howard Klar y Anthony Dileo Jr. que también entregan buenas interpretaciones. El primero es Steel, un auténtico botarate que llama “carroña” a los zombies y es la mano derecha de Rhodes. Por su parte, Dileo hace de Miguel, un “chicano” absolutamente superado por la situación que terminará explotando de manera insospechada.

Párrafo final para los civiles al margen de Logan. Entre ellos encontramos a la verdadera protagonista de la función: Lori Cardille. La actriz entra por derecho propio en la galería de fuertes personajes femeninos de Romero. Da vida con gran valor interpretativo a Sarah, una doctora que estudia los efectos de la reversión en los zombis. Ojo a ese par de escenas en las que planta cara a Rhodes y Steel. Por supuesto, tampoco puede faltar a la cita el héroe negro tan típico de los films de Romero. Aquí lo interpreta con gran seguridad Terry Alexander como John, un piloto de helicóptero que, junto a su colega Bill (interpretado por Jarlath Conroy), parece ir por libre. Además, el personaje de John sirve para realizar aportes tanto individualistas como religiosos.

“¡Así reventéis! ¡Así reventéis!” (Capitán Rhodes)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El día de los muertos, una gran tercera entrega de la saga iniciada en 1968 y una auténtica joya del subgénero por derecho propio. Es imposible verla y no disfrutar con su galería de inolvidables personajes. Amén de su apocalíptica y opresiva ambientación exterior e interior. Un fabuloso clásico de Romero y del género zombi, así de claro.

Tráiler de El día de los muertos

+ Lo mejor:

El original libreto tratando de indagar si un zombi puede ser “reeducado”. Sus inolvidables personajes con mención especial para Bub, Frankenstein y Rhodes. Los últimos 20 o 30 minutos con el festival zombi tan típico de Romero.

- Lo peor:

La música tiene mucha personalidad propia… pero en determinadas secuencias te saca de la experiencia de horror que estamos viviendo.

Puntuación de Cineycine

DIRECCIÓN
7.5
GUIÓN
8.5
REPARTO
8.5
8.5

David González

En un mundo en que los héroes son metrosexuales y mean colonia, uno se pregunta: "¿Qué ha sido de los héroes de verdad?"… Entonces reaparece Sylvester Stallone y se restablece el orden.
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