A Working Man

Levon Cade es un exmarine reformado que ahora se gana la vida como puede trabajando en la construcción. Cuando la hija del promotor inmobiliario para el que trabaja sea secuestrada, Levon deberá volver a ser el hombre expeditivo que juró dejar atrás. Esto desatará la llegada de una nube de violencia sobre los culpables. (Cineycine).
“Tu familia necesita esperanza. Cuando mi mujer murió, y salí de los marines, mucha gente me dejó de lado. Me diste un trabajo y tuviste paciencia conmigo. Tú, Carla y Jenny sois mi familia. La traeré a casa. Te lo prometo”. Jason Statham ahora es ‘A Working Man’.
“Tú no eres un poli. Eres un trabajador” (Dutch)
Crítica de A Working Man
Tarde o temprano tendremos que hacernos a la idea de que, tal y como perdimos para la acción a Stallone, Schwarzenegger, Willis o Van Damme, también perderemos, por pura cuestión de años, a Jason Statham. Pero, de momento, por lo bien que se está moviendo en la industria al meter la cabeza en varias sagas a las que poder regresar cuando el fervor del publico falle, parece que al pateador británico le queda cuerda para rato. Y más ahora que luce perfectamente posicionado en sus propias películas para cines. Cintas ya bautizadas como: “una de Statham”. Frase similar acuñada en su día para los citados héroes de acción que le precedieron.
Actualmente, Statham se lo pasa en grande devorando un tipo de personaje que le sale totalmente natural. Me refiero al héroe reticente o al hombre con aristas. Un tipo con un código para proteger a los inocentes. Su lema sería algo así como: “Ve a lo tuyo, sé honrado y sirve a tu país… pero no te sirvas de él”. Y en esas tenemos ‘A Working Man’, un nuevo vehículo de acción que le reúne nuevamente con David Ayer. Recordemos que ya le dirigió en ‘The Beekeeper’ (2024). Al parecer, Ayer quiso hacer algo nuevo antes que encargarse de la más que segura secuela de la película del apicultor. Secuela que acabará llegando, pero con otro director…
‘A Working Man’ adapta material de las novelas de ‘Levon´s Trade’ de Chuck Dixon. Su obra fue adquirida por el mismísimo Sylvester Stallone durante la post-producción de ‘Los mercenarios 3’ (Patrick Hughes, 2014). Su intención era coprotagonizarla con el propio Statham a modo de serie para streaming. Sin embargo, finalmente, Sly se hizo demasiado viejo y decidió firmar solamente como co-guionista. Su libreto fue revisado posteriormente por el propio David Ayer. Por su parte, Stallone también mantuvo su crédito como productor gracias a su sello Balboa Productions.
La película que hoy nos ocupa resulta mucho más cercana en espíritu y estilo a ‘Homefront’ (Gary Fleder, 2013) que a la anteriormente citada ‘The Beekeeper’. Y en eso influye el dibujo de Stallone sobre la personalidad del protagonista y los villanos moteros. Estos últimos quedan tapados por la mafia rusa en un barroco retrato que se intuye introducido por Ayer. Especialmente para acercar el film a su propia obra comiquera reciente.
Teniendo en cuenta lo comentado, la propuesta se puede resumir rápidamente en un film de presentación del héroe, ahora reconvertido en un hombre común y con una profesión en aparente desuso. Un retrato muy del estilo de los black-ops actuales. Por supuesto, el héroe debe volver a ser el especialista resolutivo que un día fue… ¡para salvar a la gente que las fuerzas del estado no logran salvar! Statham devora perfectamente ese tipo personaje. Un hombre de actos más que de palabras. De sentencias más que de mensajes.
A diferencia de otros títulos de acción, ‘A Working Man’ muestra una parte más larga y trabajada en lo que viene siendo la búsqueda de pistas, interrogatorios e incluso la infiltración. En este sentido no se le puede poner ningún “pero”… ya que es totalmente veraz el camino que toma. Tampoco se agarra al clavo ardiendo de que todo sea fácil hasta dar con la chica secuestrada. Al contrario, será un camino largo incluso para un tipo curtido como el protagonista. Por consiguiente, la acción queda para momentos puntuales con el clásico e inevitable clímax final. Y, en cuanto a las set-pieces, estas son las clásicas de los films de Statham. Combates de su estilo patentado. Ataques sigilosos con arma blanca y también pura potencia de fuego. De entre las peleas destacar la escaramuza en el furgón y el vs contra Dutch.
Como director, David Ayer ya es plenamente consciente de que ha quedado como un artesano de género… y no como un cineasta capaz de sobresalir por encima del conjunto. Aquí dirige firmemente el asunto. Incluso podemos decir que se divierte dibujando inenarrables guaridas para los villanos. Y también presentando al eje de todo, Dimi (Maximilian Osinski), como una versión pervertida de Jesucristo en la Tierra. El metraje apenas tiene parones narrativos. La trama se centra en el avance imparable de Levon por encontrar a la chica desaparecida: la adolescente Jenny (Arianna Rivas). Además, parte de la antigua vida de Levon la conoceremos gracias al típico amigo que le debe la vida. En el film corre a cargo de un cómodo y fugaz David Harbour (Gunny).
La fotografía del evento, cuya acción tiene lugar en Chicago, va a parar a manos del debutante en la materia Shawn White. Lo cierto es que logra un buen trabajo. Quizás el único reproche es lo oscura que se exhibe la escabechina entre Levon y los esbirros de Dutch (Chidi Ajufo), el jefe de los moteros. Y, sobre todo, la mejorable pantalla verde de la persecución en moto. La cumplidora música, con sonata de piano del ‘Claro de luna’ de Beethoven incluida, va a parar a la batuta de Jared Michael Fry.
En el casting, obviamente todos son invitados a la fiesta de Jason Statham. El británico está casi presente en la mayoría de escenas del film. Y no sobra decir que lo da todo y sigue a buen nivel físico y marcial. Si acaso, y dentro de lo posible sabiendo quien manda en el film, citar a los más conocidos o destacables. Aquí estaría Jason Flemyng como Wolo, un enfadado y encorvado gerifalte ruso. Claro reflejo del tipo trajeado que trafica ilegalmente y se cree intocable. Por su parte, Michael Peña es Joe García, el honrado y latino promotor inmobiliario que acogió a Levon cuando ni su familia política lo quería. Noemi González es Clara García, la esposa y compañera de Joe en la empresa familiar. Y, por último, la ya citada Arianna Rivas como la hija desaparecida.
En el apartado de villanos/seres repulsivos que tratan a los humanos como mercancía (como el que vende un reloj) mencionar el contraste entre los nuevos y los viejos criminales. Los primeros representados por la mafia rusa personificada en la anárquica figura de Dimi (Osinski). Y los segundos son sus compinches… los antiguos buscavidas con ciertas reglas a los que encabeza Dutch (Ajufo), un imponente tipo que, llegado el momento, tendrá que actuar contra Levon… ¡mal que le pese!
“Te has metido en esto matando y tendrás que salir de esto matando” (Gunny)
En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de A Working Man, aunque llevemos ya camino de más de una década diciéndolo, cada vez es más cierto que Jason Statham es el último bastión de una estirpe en claro peligro de extinción. Tanto él como Gerard Butler se disputan el favor del público… al mismo tiempo que se reparten el temor de los villanos en sus vehículos de acción y diversión. Esta producción es un compendio de todo lo que sabe hacer Statham. Y eso siempre deparará buenos ratos de diversión y ajusticiamiento del mal.
Tráiler de A Working Man
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