Shrek, felices para siempre
Shrek ha dejado de ser ese ogro furioso que antaño asustaba a los aldeanos. Ahora vive plácidamente en su ciénaga con su familia. Pero algo no va bien. Cada día es lo mismo: levantarse despertado por sus hijos, cambiar pañales, reír las gracias de los demás, quedar con amigos para cenar y ni un momento para sí mismo. Al final, acaba aburrido y añora ser ese ogro al que todos temían y no estaba atado a responsabilidades de ningún tipo. Entonces, un inesperado observador entrará en acción engañando a Shrek. (Cineycine).
Parece que fue ayer cuando nos quedamos asombrados al ver por primera vez esa maravilla titulada ‘Shrek’ (2001), una película donde el descaro, el gamberrismo y las bromas tontas eran su mayor reclamo. Hoy os voy a comentar ‘Shrek, felices para siempre’, la cuarta parte de la saga. ¿Conseguiría levantar el vuelo del film precedente? Seguid leyendo…
«Me gustaría sentirme, aunque sólo fuera un día, un auténtico ogro otra vez» (Shrek)
Crítica de Shrek, felices para siempre
Estamos ante el ¿capítulo final? de la franquicia estrella de Dreamworks Animation. Una serie de films protagonizados por el ogro verde más reconocido del cine. Aunque no lo parezca, ya han pasado casi 20 años desde que Shrek asomó su rostro por primera vez en las salas de todo el mundo. ‘Shrek’ fue una película un tanto gamberra, que se reía de todo y de todos, incluido de ella misma. Esa cinta original aportó un soplo de aire fresco a una saturación de películas animadas un tanto infantiles, pese a que ‘Shrek’ está igualmente pensada tanto para niños como para no tan niños. El film pegó fuerte y fue todo un éxito de taquilla y crítica.
¿Qué suele ocurrir con los éxitos en el universo cinematográfico? ¡Ya lo sabes! que quieren repetir y salen continuaciones por doquier. Así, en 2004, llegó ‘Shrek 2’ al panorama cinéfilo. En aquella ocasión se unía a la fiesta un famoso y querido personaje que caló mucho entre el público y siendo de inmediato uno de los protagonistas estrella. Tan es así que incluso obtuvo una película para él sólo. Me refiero a Gato y a su posterior spin-off: ‘El Gato con botas’ (2011).
Volviendo con nuestro ogro favorito, recordamos que la tercera parte, ‘Shrek tercero’ (2007), no acabó de gustar tanto como sus antecesoras, pese a que era igual de divertida que las demás. Quizás sí que es cierto que era un poco más flojita en cuanto a argumento. No obstante, era una buena secuela de una segunda parte muy trabajada.
Y así llegamos al 2010 para encontrarnos con la que, hasta ahora, sigue siendo la última entrega de las aventuras del ogro más famoso del mundo. Ahora el malvado en cuestión no es otro que Rumpelstiltskin, un conocido personaje de cuentos. Por todo lo demás, volvemos a contar con los mismos habitantes de «Muy Muy Lejano» y amigos de Shrek. Aquí podremos volver a ver a Gato, Asno, Dragona, el lobo vestido de abuela, los tres cerditos y el muñeco de jengibre (entre otros).
‘Shrek, felices para siempre’ significa una vuelta a los orígenes. Un regreso a cuando Shrek vivía solo y sus problemas eran otros diferentes a cambiar pañales. Una vuelta al inicio de todo, que es lo que realmente nos marcó. Así pues, se desliga un poco de la sobrecarga de las dos últimas películas en las que sólo había decenas de personajes bailando y volviendo loco al público.
Teniendo en cuenta lo comentado, esta cuarta parte sigue gozando del carisma de sus personajes. En este aspecto hacer mención especial a Gato y Asno. Ambos consiguen cargar con media película ellos solos. Sí, Shrek es el protagonista, como siempre, y su recreación es genial. Sin embargo, la hazaña de Asno y Gato resulta legendaria. Y más si tenemos en cuenta que, en gran parte del metraje, se nos ofrece una versión alternativa de ellos. Algo así como un “¿Qué hubiera pasado sí…?” al más puro estilo Marvel. La pregunta concreta sería ¿Qué hubiera pasado si Rumpelstiltskin reinara en el reino de «Muy Muy Lejano»? Sus personalidades se mantienen igual de simpáticas aunque los más observadores podrán notar algunos cambios de interés…
Por supuesto que los gags están a la orden del día. En esta cuarta parte resultan muy divertidos y los encontramos en mayor cantidad que los vistos en ‘Shrek tercero’, que no llegaban a ser demasiados ni tampoco excesivamente graciosos. Tema corregido y aumentado. Además, los 95 minutos que dura la cinta se pasan volando. Personalmente, en ningún momento miré el reloj, cosa que sí me pasó con la tercera entrega. Creo que, en general, queda un buen sabor de boca con este film. Eso sí, puede que no llegue a ser algo apoteósico como merecería una última película de Shrek.
Por su parte, la animación ya había ido mejorando entrega tras entrega y este final no es una excepción. Puede parecer que las películas son iguales… pero si nos fijamos bien veremos como cada vez son más perfectas. Hay más elementos a la vez, mejor color y simetría y cuentan con detalles que dotan al film de un espíritu más realista. Hablo, por ejemplo, de la barba de dos días de Shrek casi imperceptible, o la animación del pelo de Fiona. Estos elementos son bastante difíciles de conseguir y hay que valorarlos en su justa medida. En fin, aquí tenemos una notable evolución en pequeños aspectos.
Antes de terminar también quiero hablar de la excelente banda sonora. La música, al igual que las otras tres películas, va muy acorde a la temática y momento. Inclusive se cuenta con temas actuales y/o clásicos remasterizados para la ocasión. Vamos, un punto fuerte de la saga que sigue siendo igual de bueno.
Conclusiones.
Termino esta crítica de Shrek, felices para siempre, el punto final de una saga que dio mucho que hablar. Una saga que contó con hordas de seguidores, entre los que me incluyo. Para ser su última parte no hay excesivos fuegos de artificio pero no me importa ya que sigue siendo divertidísima y queda un peldaño por encima de la (en determinadas escenas) aburrida tercera parte. Aquí no se escatima en bromas, guasa y tonterías. Volver a reencontrarnos con personajes habituales y tan queridos con más protagonismo siempre es un placer.
Tráiler de Shrek, felices para siempre
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