La primera película de Sidney Lumet
Logró que su nombre permaneciera en los tops de los directores referentes de Hollywood durante seis décadas. Resulta difícil misión la de encontrar en su filmografía una película exenta de interés. Por el contrario sí que nos ofrece una importante retahíla de films notables. Hoy viene a ser rescatada y recordada…
La primera película de Sidney Lumet
Sidney Lumet es conocido como uno de los cabecillas del grupo de cineastas neoyorkinos. Me refiero al grupo formado junto a Robert Mulligan, Woody Allen, Martin Scorsese o Spike Lee. Junto a Mulligan, Lumet fue uno de los primeros en llevar “la ciudad que nunca duerme” al cine como nunca antes se había visto. La principal razón era muy simple: Lumet había nacido y crecido en Nueva York. Para él, aquella gran manzana, era el lugar perfecto para su cine.
Tras foguearse en la pequeña pantalla, dio el salto a las salas con ‘12 hombres sin piedad’ (1957). Hablamos de un clásico muy “teatralizado” y con claras reminiscencias de los telefilms que se hacían en la época de los cincuenta. Recordemos la sinopsis: “Tras terminar la acusación y la defensa sus alegatos, los doce miembros de un jurado se encierran en una habitación para deliberar sobre todo lo que han escuchado durante el juicio. En sus manos está el destino de un joven acusado de asesinato. A medida que el calor y la impaciencia afloran en la reducida estancia, los prejuicios y las ideas preconcebidas irán haciendo acto de presencia”.
El film apenas cuenta con un solo escenario en todo su metraje: la sala de deliberación. En ese lugar los miembros del jurado (los doce del título) se reúnen para un veredicto que parece cantado. Pero no para un hombre, el interpretado por Henry Fonda, quien tiene dudas de que el acusado sea culpable. A pesar de las irrefutables pruebas en su contra y de su pasado delictivo. Como expuso mi compañero Carlos G. en su crítica: “La película, como reflexión acerca del comportamiento humano, funciona con la precisión de un reloj… Resulta una experiencia imprescindible para cualquier amante del cine”.
Este largometraje se rodó por la irrisoria cantidad de 350.000 $. En su reparto contó con actores del tamaño del ya citado Henry Fonda, Lee J. Cobb, Martin Balsam, E.G. Marshall, Jack Warden o Ed Begley. Además, parte del film se rodó en una verdadera sala de juicios en, por supuesto, Nueva York. El resto del rodaje se desarrolló en los estudios de la Fox.
‘12 hombres sin piedad’ cumplió sesenta años de su estreno en USA el 13 de abril de 2017. En el año 1997, William Friedkin rodaría un remake para la televisión por cable titulado para España ‘Doce hombres sin piedad: Veredicto final’. En este remake encontramos al inolvidable Jack Lemmon en el papel que originalmente interpretó Fonda. También aparece George C. Scott tomando el relevo de Lee J. Cobb (1911-1976) por segunda vez en su carrera. Recordemos que, anteriormente, lo había sustituido en ‘El exorcista III’ (William Peter Blatty, 1990).
Después de “12 hombres”, Lumet seguiría compaginando la televisión con el cine hasta los años sesenta. No ayudaría a su carrera el sonado fracaso de ‘Piel de serpiente’ (1960) con Marlon Brando y Anna Magnani. En los sesenta firmaría films interesantes pero políticamente muy marcados. Estas cintas no le beneficiaron para establecerse como director taquillero (algo que nunca fue y que nunca buscó). Como muestra de su fama de cineasta anti-blockbuster, el nombre de Sidney Lumet es imposible de rastrear de un solo clic en BOM, la página de referencia en cuanto a recaudaciones de taquilla en EEUU.
Su siguiente obra importante la haría junto a Al Pacino, ‘Serpico’ (1973), la primera de sus colaboraciones (que pudieron ser muchas más). Casi simultáneamente, con el éxito indiscutible de la cinta basada en hechos reales sobre el (único) policía honrado de Nueva York, Lumet enlazó la que podría considerarse su época de esplendor con largometrajes de la talla de ‘Asesinato en el Orient Express’ (1974), ‘Tarde de perros’ (1975), ‘Network: Un mundo implacable’ (1976), ‘El príncipe de la ciudad’ (1981) o ‘Veredicto final’ (1982).
Por el camino rechazaría films como ‘Funny Girl’, ‘El justiciero de la ciudad’, ‘El precio del poder’ o ‘Atrapado por su pasado’. Estas dos últimas las acabaría dirigiendo Brian De Palma, a quien sustituyó tras las cámaras de ‘El príncipe de la ciudad’, que De Palma había estado a punto de filmar con John Travolta como protagonista.
Sidney Lumet seguiría trabajando asiduamente hasta 2007. Finalmente, y tras dirigir ‘Antes de que el diablo sepa que has muerto’, decidió retirarse. Argumentó problemas de salud, tenía 82 años. Antes, en 2005, recibiría un Oscar honorífico a toda su carrera. Una trayectoria durante la cual obtuvo cinco nominaciones. Sidney Lumet moría a la edad de ochenta y seis años en el año 2011 debido a un linfoma. Por el camino dejó una huella imborrable tanto en el cine como en las artes escénicas. Como siempre, sus películas son su mejor legado.
Y hasta aquí, este justo y merecido homenaje, desde la sección oficial de los rescates de Cineycine, al gran y único Sidney Lumet, uno de los más grandes y personales cineastas americanos.
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