Frankenstein

📄 SINOPSIS:
Desde muy joven, el ambicioso Victor Frankenstein ha anhelado vencer a la muerte. Sus estudios, vilipendiados por los académicos, terminan llamando la atención del mecenas Harlander, quien piensa que Victor puede conseguir la inmortalidad si tiene los medios para ello… por ello le facilita fondos ilimitados. Así es como Victor logrará su objetivo de dar vida a un cuerpo inerte. Pero las consecuencias de este imposible acto le perseguirán de por vida en la forma de una criatura entregada al odio y la venganza. (Cineycine).
Todos conocemos la historia del doctor Frankenstein, o el moderno Prometeo. La misma nos fue contada en la novela de Mary Shelly. Una novela que fue llevada al cine en la década de los 30 y, posteriormente, revisitada en innumerables ocasiones tanto en cine, televisión como en otros medios. El reconocido Guillermo del Toro también anhelaba dejar su impronta al mito y leyenda de tan inmortal personaje. Y, ahora, con Netlflix como principal valedor, el realizador mexicano nos presenta su propia versión del legendario relato en ‘Frankenstein’.
“Si me niegas el amor… me entregaré a la rabia” (Criatura)

Crítica de Frankenstein
Adaptar, por enésima vez, el inmortal relato de Mary Shelley al cine no es algo especialmente novedoso. Tal y como comentaba en la introducción, ya desde la mitificada cinta de James Whale se han venido realizando cientos de adaptaciones de la misma. Una de las más importantes quizá sea la versión “operística” de Kenneth Branagh (1994). Y ahora es el turno de un director tan importante como Guillermo del Toro. Que del Toro es un fan empedernido del fantástico es algo que todo el mundo sabe. Además lo lleva demostrando desde que filmó su ópera prima, ‘Cronos’ (1992). Gracias a ella, el realizador llamó poderosamente la atención de los ejecutivos de Hollywood. Y el mexicano se rebeló como un autor. Un auténtico fanático del cine fantástico capaz de impregnar un aura propia a todas sus propuestas. Propuestas que han pasado a ser parte del imaginario cinematográfico.
Con el paso del tiempo, y las películas, del Toro anhelaba llevar su propia versión de ‘Frankenstein’ a la gran pantalla. De hecho, se podría llegar a decir que era su proyecto más deseado. Sin embargo, no encontraba el momento… o no sentía que todavía fuera la hora. Una vez ganados varios premios, Oscars incluidos, y habiendo creado también su propia versión de ‘Pinocho’ (2022), ese momento llegó. Era el tiempo de que su Frankenstein cobrara vida.

Acabo de comentar que Guillermo del Toro quería crear su propia versión de ‘Frankenstein’… y esto es así. El cineasta ofrece diferencias sustanciales respecto al relato de Mary Shelley en cuanto a su desarrollo e incluso elementos clave. Por ejemplo, el personaje del hermano de Victor u otros protagonistas creados para la película… como el de Harlander. Estos nuevos aportes sirven a del Toro para llevar la historia y la temática a su propio universo. Un universo al que termina insuflándolo de esa característica personalidad tan suya. Y, al final, nos queda una de sus mejores obras y una de las más brillantes películas del 2025.
Ante todo, del Toro busca humanizar especialmente lo que era un relato de terror. Aun así, están ahí presentes los momentos más puros del fantástico del mexicano y sus niveles de violencia. Pero, sobre todo, insisto en recalcar que estamos ante un drama fantástico en la sintonía de aquella propuesta tan infravalorada como lo fue ‘La cumbre escarlata’ (2015). Al final, el corazón de su ‘Frankenstein’ plantea eternas preguntas: ¿Qué nos hace humanos? ¿La rabia o el amor? ¿El perdón o la venganza? Estas, y no otras, son las piedras angulares del film.

Puede que el purista vea este ‘Frankenstein’ como algo impropio al “alejarse” del relato de Shelley. Sin embargo, dentro de su propio núcleo, el film mantiene elementos de la novela de la autora británica. Eso sí, llevados al propio terreno del cineasta y también contando con ciertos homenajes al cine fantástico en general, la Literatura, el cómic o incluso el manga japonés. Ojo a un inusitado “eco” al ‘Prometheus’ (2012) de Ridley Scott en el diseño de la criatura. El hablar de la criatura me lleva a alabar el apabullante diseño de producción y la fotografía de Dan Laustsen. Estos elementos llevan a la película a unas cotas pocas veces alcanzadas en una producción de Netflix. Quizá lo único reprochable sea algún CGI defectuoso. Por el contrario, nada que objetar a los efectos prácticos y el diseño de los escenarios.
Centrándonos ahora en la música comentar que la banda sonora de Alexandre Desplat tiene muchísima importancia en la película. El compositor francés alcanza niveles de emoción muy altos con piezas delicadísimas, vals y momentos de intensidad ajenos al terror. Pero también con el suficiente sentimiento cercano a ello para aproximarse a la figura del monstruo. Incluso es capaz de convertir esos intensos momentos en piezas de emociones catárticas.

El nivel del casting es alto y está encabezado por Oscar Isaac como Victor Frankenstein. Su personaje es tremendamente obsesivo y egocéntrico. Mucho más de lo visto en versiones tan mitificadas como las de Peter Cushing y Colin Clive. El guatemalteco saca una vena intensa en todo momento en un papel que queda grabado a fuego en la mitología fílmica de su autor. Victor va progresivamente deshumanizándose hasta la creación de su criatura. De encarnar a esta última se ocupa Jacob Elordi. El joven actor australiano tiene quizás el rol más complejo de su carrera como el monstruo de Frankenstein. Su performance es compleja y repleta de matices emocionales que van desde la emoción más pura hasta la rabia más intensa y monstruosa. Elordi roba la cinta en cuanto su personaje llega a la mitad del film en una de las decisiones narrativas más interesantes de del Toro.
En la parte femenina sobresale Mia Goth en un doble papel ciertamente curioso. Da vida a Claire Frankenstein, la madre de Victor. Y además encarna a Elizabeth Harlander, la prometida de William Frankenstein. Mia directamente parece sacada de los retratos victorianos de la época y está en clara sintonía interpretativa con el universo de del Toro en un rol trágico. Junto a Elordi está dentro de la trama en los momentos más íntimos y bellos del film… También está Felix Kammerer como el hermano de Víctor, William Frankenstein. Su personaje tiene bastante presencia convirtiéndose en una especie de luz cálida en contraposición a la intensidad de Víctor.
Por otra parte tenemos a Christoph Waltz que encara a un personaje completamente original dentro de la propuesta. Se limita a ser a ser un tipo sin escrúpulos que le promete a Víctor los recursos necesarios para conseguir su objetivo. Eso sí, con algún elemento oculto de por medio. Waltz hace exactamente el mismo papel que lleva haciendo ya de un tiempo a esta parte. Por último, atención a los cameos nada sutiles de gente del género como Charles Dance, Ralph Ineson, Burn Gorman y David Bradley. Y sí, hasta aparece nuestro compatriota Santiago Segura, pero es un visto y no visto (no hay que pestañear para no perdérselo)

En conclusión.
Acabo esta crítica de Frankenstein, uno de los films cumbres de Guillermo del Toro… pero no su mejor película. Una carta de amor al fantástico que encapsula toda su obra y fetichismo por el fantástico en general: desde los relatos más primigenios hasta el manga y literatura/cinematografía. Un film notable en todas sus formas que se eleva de forma considerable como una de las propuestas más completas y brillantes de este 2025.
Tráiler de Frankenstein
El largometraje traspira a del Toro en todas sus formas trasladando al relato de Mary Shelley a su propio lenguaje aunque no traiciona lo básico de la novela. El casting con un enloquecido Oscar Isaac y un emotivo Jacob Elordi; ambos son las dos caras de una misma historia. La música de Desplat elevando la puntilla emocional del guión del mexicano. Todo su fetichismo al fantástico y la primera aparición del personaje en el preludio del film.
Resulta impropio de alguien como del Toro, famoso por su cuidado de los efectos prácticos y visuales, haber desatendido algunas secuencias con un CGI ciertamente poco pulido (por ejemplo, ciertos lobos que aparecen en la película).






