Isla Calavera 2025: Entrevista a Daniel Monzón

11 de noviembre de 2025 Por J. Glez
Categorías: Festivales, Portada Slide

Aprovechando el marco del Festival Isla Calavera, hemos podido pasar un rato muy ameno y cinematográfico con Daniel Monzón. Una charla plagada de anécdotas y buen cine. A continuación, hacemos un repaso de su paso por el festival.

Entrevista a Daniel Monzón

Nacido en Palma de Mallorca en 1968, y ganador de 4 Premios Goya, Daniel Monzón repasó su carrera y nos habló, largo y tendido, sobre ‘Celda 211’ (2009). Y también del inesperado triunfo que supuso su film carcelario. Todo ello en un encuentro que pudieron disfrutar los asistentes al festival Isla Calavera el pasado domingo. Pero antes del encuentro conjunto, nosotros pudimos charlar con él. Pasamos unos minutos hablando coloquialmente de su vida y obra. En este cara a cara, Monzón demostró una total cercanía, un gran entusiasmo y dio buena cuenta de la pasión que le lleva a contar las historias que quiere en las películas que hace.

-PREGUNTA: Llevas desde ‘El corazón del guerrero’ (2000) demostrando que se pueden hacer películas fuera de temáticas habituales y metiéndote de lleno en el cine de género. Eres un ejemplo de que en España podemos hacerlo igual, o mejor, que en el resto de Europa o EEUU. ¿Qué te movió a ello en tu ópera prima?
-RESPUESTA: “Con esa peli la gente me decía que hiciera algo más de personajes y no esa locura. Pero yo me crie viendo cine de géneros. Veía en un mismo día una del oeste o un thriller o una de ciencia ficción. Venía de esa formación, especialmente cuando era más joven. Y sí, ‘El corazón del guerrero’ era una especie de batidora genérica. Yo venía de trabajar en TVE, como subdirector de un programa de cine, entrevistando a grandes como John Carpenter, Robert Zemeckis, William Friedkin… y quería reproducir lo que había visto”.

-P: ¿Cómo clasificarías algunas de tus otras películas?
-R: “Yo no me encierro en un género. ‘El corazón del guerrero’ (2000) es espada y brujería. ‘El robo más grande jamás contado’ (2002) es comedia. ‘La caja Kovak’ (2006) es un thriller de ciencia ficción. Y con ‘Yucatán’ (2018) intenté algo más ligero… una película de timadores”.

-P: ¿Esperabas que Celda 211acabará siendo un clásico?
-R: “No, para nada. Yo creía que no iba a ir nadie a verla. Una película como esa que era áspera, dura, amarga y desagradable. Un film que genera ansiedad. Pensaba que iba a ser un fracaso. Por ahí leí una que vez que Truffaut dijo: “Cuando una película consigue un éxito tremendo es que lleva una especie de milagro dentro”…. Y debe ser que lo tenía ‘Celda 211’.

-P: ¿Dentro del cine carcelario te basaste en alguna en concreto o como la encaraste?
-R: “Pues no me basé en ninguna cinta en concreto. Lo que decidimos mi guionista y yo fue beber de la realidad, de la cárcel real… y no revisionar, o tomar como punto de partida, los clásicos que a todos nos vienen a la mente como ‘Brubaker’ o ‘El hombre de Alcatraz’ y acabar así haciendo una imitación del cine carcelario francés o americano. La mía es una película que rebosa hispanidad. Queríamos que eso se notara. Que sí, que la rodamos, si quiere decirlo ‘a la americana’, en estilo. Pero queríamos un estilo realista y documental… y que fuera nuestra”.

-P: Del casting principal creo que ya está todo dicho… háblanos de los secundarios. Gente como Luis Zahera (Releches) o de los extras. ¡Vaya caracterizaciones llevan a cabo!
-R: “En el guión estaba, pero Luis es un genio. Por entonces no era muy conocido y nos llegó con una propuesta muy extrema…. Estábamos en una cárcel real en Zamora, los presos en papeles pequeños son reos de tercer grado y conseguimos que nos los cedieran. Y, claro, en la primera secuencia que llega Luis, no dije a nadie que él era actor… entonces los presos que eran extras se me acercaron y dijeron ¿de dónde ha salido este? ¿de qué cárcel? Y me dije, esto funciona”.

-P: ¿Cómo nace ese binomio que usted ha alimentado de actor fetiche con, por ejemplo, Luis Tosar o Antonio Resines? ¿Nace de una necesidad comercial común o de una afinidad que traspasa la pantalla en la línea de directores-actores comunes del cine de antes?
-R: “Con Tosar, por ejemplo, es como un corpus que hemos creado. Aparte que es uno de los mejores actores de España y Europa. Y sí, puede responder al cine que he visto, y vivido, en donde se creaba esa unión de director y actor. Ahora porque acabo de hacer una peli con reparto solo de mujeres, pero hasta pensé en ponerle falda y peluca y meterlo en ella. Haremos otra juntos pronto”.

Además de las preguntas, en exclusiva, que os acabamos de dejar, también completamos el encuentro con la charla posterior a la emisión de ‘Celda 211’. En la charla, Monzón dejó una buena serie de anécdotas. En las siguientes líneas recuperamos algunas de las más interesantes…

“De la novela tomamos el título y el punto de partida, ‘Celda 211’, poco más. La descubrí entre proyectos que me ofrecieron y no terminaba de decidirme. Al final la elegí durante una noche de vigilia con mi hija siendo bebe y sufriendo de cólicos”.

“Rodamos en una cárcel de verdad, en Zamora y con presos en tercer grado. ¡Imagínate! para ellos aquello fue un sueño: Hacer realidad un motín y vivirlo sin consecuencias. Y los hice participe del rodaje. Algunos presos incluso hicieron buenas observaciones… aunque había uno que era muy pesado”.

“En un momento dado, un preso se salió del plan y durante el motín lanzó una mesa desde lo alto de un pabellón que pasó a dos palmos de otros extras. En el clímax marqué las ventanas que eran de atrezo para pedir a los presos que las rompieran (estas si, estas no). Pues bien, dije acción y pum-pum-pum ¡las rompieron todas! Cristales y sangre por todos lados. Pero, en líneas generales, y dentro de toda esa intensidad, fue un rodaje tranquilo. Sobre todo teniendo las condiciones que teníamos: en una cárcel de verdad, con presos reales como extras y un film áspero y amargo como este”.

“Fue totalmente intencionado el darle a un desconocido el rol de ‘Calzones’. Buscaba una mayor naturalidad. Alguien que no pudieran asociar con nada anterior. Alberto logró el papel tras varias pruebas. Cuando llegó al test de cámara con Tosar, y se equivocó, pero en lugar de bloquearse siguió adelante e inventó una historia sobre el porque está en la cárcel, mintiendo doblemente, aquello me convenció”.

“A Tosar le dije desde el primer momento: tú eres el que se tiene que ganar a estar gente. Tienes que ser su líder. Y él llegó y lo bordó. Literalmente los presos lo tomaron como el cabecilla como si fuera uno más de ellos”.

“Recuerdo entrevistarme con el preso en el que se basa ‘Malamadre’. Estaba allí y llevaba treinta años. Estaba luchando por lograr la libertad condicional. Por eso nos pidió mantener su anonimato. Pero nos contó todo y nos valió mucho para moldear al personaje. Y recuerdo además de ir con mi guionista, con Luis, y enseguida lo caló. Queríamos que no fuera un malo de una pieza. Queríamos que diera miedo, pero llegar a su humanidad. Al final este preso salió a la calle con el tiempo. Lleva unos años en libertad. Eso sí te lo puedo decir”.

“Hubo cierta incertidumbre durante el rodaje, sobre la mitad del mismo. Sucedió cuando varios productores se interesaron por ella y me pidieron que cambiara el final para su distribución internacional. Y les dije que de ninguna manera. Tenía que ser fiel a lo que era la historia. Y este film me pedía ese final. Lo mismo pasó con el inicio. Era una secuencia fundamental que establecía el tono. Pero, claro, algunos productores nos dijeron que no podíamos empezar con un suicido porque el espectador se iba a impactar e irse de la sala. Pues mira, los que se salgan de la sala con esa secuencia es que la película no es para ellos”.

Y hasta aquí esta entrevista a Daniel Monzón. Seguiremos cubriendo el Festival Isla Calavera en próximos artículos de inminente salida. Hasta entonces… ¡permaneced atentos!

Fotos: IFC Films, Academia de Cine y Alex Ro.

J. Glez

Periodista especializado en noticias de entretenimiento y cultura cinematográfica.

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