Venom: El último baile
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“La trilogía de Venom es, en realidad, como una comedia romántica clásica… Eddie Brock y Venom se conocen en la primera película. En ‘Habrá Matanza’ sufren una crisis y se separan. Ahora, para concluir la historia, han aprendido a vivir juntos finalmente. Han alcanzado la ansiada simbiosis, pero ¿conseguirán quedarse juntos al final?”. Kelly Marcel salta a la pista de baile para presentarnos su ópera prima: ‘Venom: El último baile’.

“¡Vamos! Un último baile antes de iros” (Mrs. Chen)

Crítica de Venom: El último baile

En 2018 nos llegó la primera entrega de esta, hasta ahora, trilogía bajo el título deVenom’. El film, dirigido por Ruben Fleischer fue un rotundo éxito de taquilla. Los fans del antihéroe Marvel llevaron a las arcas de SONY nada más y nada menos que 856 millones de $ mundiales. Ante cifras tan mareantes, rápidamente todos los responsables se pusieron a trabajar en una secuela. El simbionte se había convertido, junto a Spidey, en el mejor aval de SONY de cara a conseguir grandes taquillajes. Por consiguiente, en 2021, nos llegaba Venom: Habrá matanza’, su secuela con la incorporación de Carnage y la dirección de Andy Serkis. Pero, en el cine, uno más uno no siempre son dos… y la suma de Carnage a Venom no dio los números esperados. Así las cosas, la taquilla descendió hasta los 507 millones de $, más o menos.

Y es en esta etapa de caída del personaje, y del cine de superhéroes en general, cuando nos llega su tercera parte titulada como ‘Venom: El último baile’. Detrás de las cámaras se sitúa, por primera vez en la trilogía, una mujer. Nos referimos a Kelly Marcel. Y ojo porque este film supone su ópera prima, es decir, su debut detrás de las cámaras. Sin embargo, Marcel no es una persona ajena al universo de Venom. ¡Todo lo contrario! La directora debutante ha participado en las entregas anteriores del simbionte en calidad de guionista. Y ese crédito también lo mantiene en ‘El último baile’. Junto al actor Tom Hardy ha hilvanado la historia de esta tercera parte, aunque sea el nombre de ella el único que figure como guionista oficial.

Como espectáculo visual, ‘Venom: El último baile’ sigue la línea continuista de las dos anteriores entregas. Eso sí, es cierto que globalmente se puede apreciar una cierta mejora en el campo de los efectos visuales presentados por ILM y Digital Domain, principalmente. Ojo a la valentía al mostrarnos una serie de set-pieces a plena luz del día y en campo abierto. Allí podremos ver en todo su esplendor a Venom cambiar de formas casi al instante: un caballo, una rana o un pez. Y también veremos a un poderoso “Xenófago” que, literalmente, devorará a un soldado tras otro… Por el contrario, todo lo relativo a Knull (que es poco) parece realizado cómo si fuera para una cinemática de consolas tipo Playstation y/o similares.

Un punto importante del film es su variada ambientación y localizaciones. A lo largo del viaje de Venom y Eddie Brock pasaremos por parajes muy diferentes: el desierto, Las Vegas, el Área 51 o la propia Nueva York. Esto dará lugar al encaje en el guión de alguna que otra divertida referencia cinéfila. Y aquí, por la parte que nos toca, tenemos que resaltar el rodaje de varias escenas en España. Más concretamente toda la parte del desierto y la que transcurre en México. Las mismas fueron rodadas en lugares como Almería (Desierto de Tabernas) y Murcia (Cartagena).

En el guión apreciamos como Marcel ha escrito tres tramas que van alternándose y juntándose en pantalla. Así hasta que, lógicamente, terminan uniéndose en el clímax. En ellas podemos apreciar un intento de adaptar muy libremente la mitología que une al temible Knull con los simbiontes y, especialmente, con Venom. Sobra decir que al tener tres historias paralelas nuestro interés irá decantándose por unas u otras. La principal es la que sigue a Venom y Brock intentando llegar desde México a Nueva York ¡a pie! El aire de road-movie con cierta diversión es su principal tono. Por otro lado, la guionista nos introduce también en una trama seria que une a científicos y militares trabajando juntos en el Área 51 investigando a los simbiontes. Y, por último, tenemos la más corta y tétrica que es la presenta al inicio a Knull y marca el objetivo del film.

La banda sonora la firma Dan Deacon en la que es su primera gran oportunidad comercial a nivel cinematográfico. Su trabajo ni destaca ni molesta. Simplemente va acorde al film. Eso sí, lo que sobresale es la inclusión de varios temas no originales de artistas como Freddie Mercury, David Bowie con su “Space Oddity” o incluso la mítica banda ABBA y su “Dancing Queen” en una escena que hay que verla para creerla entre Venom y Mrs. Chen…

Pasando al casting, hay muchas caras nuevas en esta tercera película. Pero el que repite por tercera vez es Tom Hardy como Eddie Brock alias Venom. Uno lo ve metido en el papel y da la impresión de que lo podría hacer dormido si quisiera. De hecho, Hardy va en piloto automático toda la película. Brock no le supone ningún reto y el actor inglés se lo toma con calma. Tema diferente es su doblaje de Venom que sigue siendo sensacional. Otra que también ha estado presente en las tres películas es la actriz Peggy Lu encarnando a la tendera Mrs. Chen. Ahora la veremos en un ambiente totalmente diferente a su tienda y protagonizando la referida escena del “Dancing Queen” con Venom. Por último, el tercer regreso lo marca Stephen Graham como el detective Mulligan en una interpretación muy diferente a las anteriores suyas.

Atención a dos nombres que ya habían trabajado anteriormente en el MCU pero que debutan en esta franquicia. Me refiero a Chiwetel Ejiofor y Rhys Ifans. El primero pasa de ser el Baron Mordo al general Strickland, un papel que desempeña correctamente pero con poco brillo. Y el segundo deja de ser el Doctor Connors para ser ahora un hippie flipado con los OVNIS que arrastra a su familia en su chaladura. Ni él mismo se toma muy en serio su papel. Quien sí que destaca más es Juno Temple. La actriz británica desempeña su trabajo en el film de forma muy seria encarnando a la Doctora Payne, la científica asignada al Programa Imperium de Análisis de Simbiontes. Su fiel escudera está interpretada por Clark Backo que sigue la misma línea de seriedad que Temple.

“Todos tenemos monstruos dentro” (Mexicano)

En conclusión.
Acabo esta crítica de Venom: El último baile, una tercera entrega que no es ni mejor ni peor que las anteriores. Como dice mi amigo y compañero J. Glez: “Es cine McDonalds”. Esto supone que estamos ante un film de consumo rápido que no pretende trascender. Su objetivo es pasar 109 minutos entretenidos con la ¿última colaboración? entre Eddie Brock y Venom. Y eso… lo cumple.

AVISO: Hay dos escenas post-créditos. Una al principio y otra al final de todo el listado de nombres.

Tráiler de Venom: El último baile

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