The Equalizer 2
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“Creo que a la gente le gusta la idea, el mito, de que un tipo como Robert McCall exista. McCall es como un ángel oscuro. El ángel que todos querríamos que bajase e impartiese justicia a la gente que se lo merece” (Antoine Fuqua). Hay dos tipos de dolor en el mundo… y provocar la ira de Robert McCall no es aconsejable porque él es ‘The Equalizer 2’.

“Voy a mataros a todos. Mi única decepción es que sólo os podré matar una vez” (Robert McCall)

Crítica de The Equalizer 2

Tras el éxito y buena acogida que en el año 2014 tuvo The Equalizer (El protector)’, recaudando casi 193 millones para un coste de 55, las expectativas de rodar una continuación se dispararon. Así las cosas, en los últimos meses del 2016 uno de los productores, Todd Black, ya anunciaba la secuela con el regreso de los tres artífices del éxito. Me refiero a Antoine Fuqua (director), Denzel Washington (protagonista) y Richard Wenk (guión).

Lo “curioso” del caso es que estamos ante la primera secuela en la que participan tanto Fuqua como Washington. Y digo que es “curioso” porque ‘The Equalizer’ era una notable apuesta de acción justiciera, pero tampoco era una obra tan grandiosa como para merecer el honor de ser la primera continuación en las carreras de director y actor. Supongo que su amistad, el hecho de retornar a terrenos conocidos y apostar por un valor seguro habrá tenido algo que ver. Evidentemente, también está el gusto de ambos por este tipo de films de acción y por un personaje, Robert McCall, con el que sentirse cómodos.

De los tres que regresan el que mejor parado sale es Richard Wenk. El guionista se toma la molestia en entregar una buena trama criminal que, al igual que sucedía en ‘The Equalizer’, se va completando (y juntando) con las subtramas propias de la vida de Robert McCall. Además, destaca el hecho de ahondar un poco más en el pasado de este misterioso “hombre invisible”. Un sujeto altamente preparado y convertido en vigilante y justiciero de los débiles y desamparados.

Importante resaltar también como Wenk trabaja el retrato y la diferente perspectiva y ética profesional y moral de los diferentes “ejecutores”… y cómo algunos de ellos terminan completamente perdidos por el camino sirviendo sólo a un único dios: el dinero. Al final todos terminarán rindiendo cuentas por sus pecados.

En ‘The Equalizer 2’ todo arranca con un asesinato por encargo en Bruselas. Un crimen que luego deriva en la muerte de la amiga del justiciero y su lógica venganza al investigar el caso. Así pues, la muerte y la venganza (crimen y castigo) sería la narración principal que se completa y/o adorna con otras “labores” que McCall va ejecutando en su día a día. «Labores» como aquella en la que trata de llevar por el buen camino a su joven vecino, o esa otra del anciano al que nadie presta atención. En este sentido, quizás se podía haber descartado alguna de estas situaciones en favor de aligerar minutos. Esto lo subrayo más que nada porque, por ejemplo, la situación del anciano poco o nada aporta al film y tampoco sirve, como sí lo hacen otras, para poder intercalar secuencias de acción para satisfacer a los fans.

Respecto a la labor de Antoine Fuqua decir que sigue totalmente lo visto en la primera película. Inclusive repite su misma estructura y legado, es decir, si ya vimos ‘The Equalizer’ pocas sorpresas nos vamos a llevar. Así pues, las secuencias de acción siguen el estilo de las ya conocidas con McCall cronometrando al milímetro sus movimientos (ya no tan detalladamente expuestas como antes pero quizás sí que más crudas) y con el consabido clímax con nuestro justiciero valiéndose del entorno para finiquitar a los malosos de turno. Por cierto, un clímax con un innegable aire de western al estilo La muerte tenía un precio (Sergio Leone, 1965) sustituyendo “Aguas Calientes” por un pueblo abandonado de Boston a causa de un huracán.

“Hay dos tipos de dolor en el mundo…”. El hombre invisible 2.

Respecto al reparto, aquí nos volvemos a encontrar con un Denzel Washington que sigue yendo muy sobrado con este rol de Robert McCall. Lo cierto es que en esta secuela ese aire de suficiencia se acentúa todavía más. Hablamos de un personaje que, por sus características, no le supone un gran reto como actor. La única escena en la que Denzel realmente deja constancia de su leyenda interpretativa es aquella en la que le enseña a su joven vecino, Miles, lo que es ser un hombre de verdad. El discurso que le suelta cara a cara es impagable y va rematado con esta sentencia: “Un hombre no es un pistola”.

En el casting también muy comentada fue la presencia de Pedro Pascal como Dave York, un importante miembro de la Agencia y viejo amigo de McCall. Sin embargo, la labor de Pascal queda un tanto sosa y, desde luego, empequeñecida en cada secuencia en la que sale al lado de Denzel. Mucho más brillantes son las intervenciones de Melissa Leo y Ashton Sanders. Melissa se hace notar en sus minutos en la película con una gran presencia y siendo además protagonista de una escena tremendamente violenta. Por su parte, Ashton hace una muy buena labor como Miles, el joven vecino al que McCall “adoptará” para enseñarle a pisar recto en la vida. Finalmente, de Bill Pullman poco o nada se puede decir ya que su presencia es meramente testimonial.

“Un hombre no es un pistola” (Robert McCall)

En conclusión.
Llegó el momento de finalizar esta crítica de The Equalizer 2, una película que, conocida ya su primera parte, no engaña absolutamente a nadie. Su principal virtud es saber respetar la mitología anterior, a la vez que nos entrega nuevas firmezas y ahonda un poco más en el pasado de “El hombre invisible” aka Robert McCall. Si os gustó la primera parte no encuentro motivo alguno para que no le echéis un vistazo a esta secuela.

Tráiler de The Equalizer 2

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