Terminator 2 3-D: Batalla a través del tiempo
En 1996 se proyectó por primera vez en el parque temático Universal Studios de Florida un espectacular cortometraje titulado Terminator 2: 3-D. No se trataba de un reestreno de la película Terminator 2 en el sistema de tres dimensiones como muchos pensábamos en un principio, sino de una nueva aventura en formato 3-D que narraba una historia alternativa que tenía lugar después de la segunda entrega de la saga. El cortometraje, de 19 minutos de duración (once reales y ocho de prólogo), revolucionó el parque temático durante años debido a su alto grado de espectacularidad y al monumental despliegue de elementos y efectos adicionales que introducían al espectador literalmente dentro de la acción.
A continuación les contamos todos los secretos de esta asombrosa atracción en la siguiente crítica de Terminator 2 3-D: Batalla a través del tiempo.
Crítica de Terminator 2 3-D: Batalla a través del tiempo: Desmembrando la atracción
Terminator 2: 3-D se exhibió por primera vez en 1996, en el asombroso parque temático de «Universal Studios» ubicado en Orlando, Florida. En 1999 se estrenó en el parque «Universal Studios Hollywood» de Los Angeles, y en 2001 la atracción llegó hasta Japón, aunque en Europa parece que tendremos que esperar. La instalación es verdaderamente impresionante como podrán comprobar en las imágenes que les mostraremos al final del artículo, y el evento se lleva a cabo en un teatro con capacidad para 700 personas que emula el interior de la compañía Cyberdine Systems, donde también tienen lugar verdaderas actuaciones, narraciones en directo e incluso apariciones reales de actores que representan los papeles de los protagonistas fuera de la pantalla. Todo un espectáculo interactivo viviente en plena coordinación con la película en 3D. Este sensacional cortometraje se proyecta en varias pantallas de grandes dimensiones, una frontal y dos laterales de 25 por 50 pies, y la historia da inicio con un prólogo explicativo que tiene lugar en nuestro tiempo.
El film comienza con una grabación publicitaria donde se nos detallan las competencias y objetivos de la cada vez más poderosa compañía Cyberdine Systems, señalando además las ventajas que Skynet podría suponer para la cirugía, para el cuerpo humano, para el ejército, para nuestro armamento y para la evolución de las máquinas en general. En ese instante la grabación se interrumpe y aparece en pantalla Sarah Connor (Linda Hamilton) junto a su hijo John (un Edward Furlong visiblemente más adulto que en su anterior contribución a la saga). Ambos, con la indumentaria que vestían en Terminator 2: El juicio final, sabotean la retransmisión con la intención de avisar al espectador del peligro que acecha a la humanidad a causa del inminente descontrol del «cerebro» principal de las máquinas: Skynet. Sarah, totalmente enfurecida, nos previene de las desastrosas consecuencias que esto tendría para la raza humana, hasta que John intervendrá para tranquilizar a su madre y proseguir con la advertencia. A continuación Sarah y John nos resumen todo lo acontecido en Terminator 2, alternando su narración con imágenes de la propia película y recordándonos cuál era la misión del Terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger. Todo un preámbulo que tiene como objetivo ubicarnos en la nueva historia y hacernos rememorar lo que sucedió en el pasado, proyectándose aún bajo el sistema convencional de dos dimensiones.
Los humanos comienzan a experimentar con la robótica avanzada construyendo los primeros T-70, pero Sarah y John nos avisan del peligro que acecha a la humanidad
La historia continúa, y se puede comprobar cómo el esfuerzo que nuestros protagonistas realizaron en el pasado sirvió de poco, ya que el «futuro apocalíptico» que se intentó evitar a toda costa siguió su curso y el hombre comenzó a experimentar con las máquinas, desarrollando nuevas tecnologías a velocidad de vértigo e incluso introduciendo robots en nuestras vidas: justo lo que Sarah y John pretendían evitar en la segunda entrega. Como pueden comprobar, el derrotero que toma la historia de este cortometraje trastoca lo sucedido en Terminator 2, ya que rompe un poco con el esquema de la línea argumental narrada anteriormente: ahora los acontecimientos del futuro no se pueden cambiar, como mucho se pueden aplazar. Aunque por otra parte no podía ser de otro modo, ya que no existe mejor escenario para asombrar al espectador que el de la guerra del futuro, por lo tanto queda justificado el inevitable vaivén que sufre el argumento de este curioso producto tridimensional. No obstante debemos de tener siempre presente que esta nueva historia alternativa es una simple excusa para dar forma a una atracción cuyo fin es el divertimento y el ocio, por lo tanto no resultaría para nada correcto considerar esta epopeya apocalíptica como una «continuación estricta» de la saga cinematográfica ni como un puente entre Terminator 2 y Terminator 3 como se ha estado afirmando durante años, sino como un complemento curioso de visionar pero ajeno a la historia principal de la saga, aunque en el fondo la relación con la misma sea directa. Aclarado esto comienza el verdadero espectáculo en tres dimensiones.
Tras esta introducción que dura alrededor de siete u ocho minutos, comienza el verdadero evento. En los laterales del teatro donde se encuentran los espectadores hace acto de presencia un ejército de Terminators T-70 que comienzan a disparar contra unos blancos distribuidos por todo el plató, para poco después contemplar cómo dos especialistas que interpretan a Sarah Connor y a John Connor descienden del techo colgados de un cable para proteger al impresionado espectador y destruir a los intrusos. Unos segundos después se apagan completamente las luces y aparece en pantalla el logotipo principal de «Cyberdine Systems», y para sorpresa de todos, dicho logo se funde hacía el público y «sale fuera» de la pantalla (casi literalmente) un enorme T-1000 que comienza a mirar bruscamente al espectador buscando la intimidación. Lo mejor de todo es que cuando el Terminator de metal líquido desaparece… ¡hace acto de presencia en el escenario un actor que interpreta al mismísimo T-1000!. Su objetivo: matar a John Connor. En ese instante se abre una enorme puerta del tiempo en mitad del teatro, y con la banda sonora original de fondo, irrumpe en el escenario el mismísimo T-800 con su clásica motocicleta, aunque obviamente no se trata de Schwarzenegger.
Sarah Connor en persona intenta proteger al público de los T-70 (imagen inferior de arte conceptual)
Como pueden comprobar el espectáculo debe de ser francamente asombroso, ya que independientemente de la propia película en 3D, las escenas de acción en vivo y en directo son uno de los puntos fuertes del asunto. La atracción continúa con el T-800 disparando a su enemigo, pero debido a la invencibilidad del T-1000 y a la imposibilidad de proteger a su hijo ante semejante amenaza, Sarah deja a John en manos del Terminator, se sube en su moto y ambos se disponen a escapar del T-1000 a través de un túnel del tiempo que desprende rayos de electricidad hacía el público. El objetivo: llegar hasta Skynet y destruirlo. Tras una enorme cortina de humo que impide ver por unos instantes lo que sucede, de repente nos encontramos inmersos en el apocalíptico futuro del que tantas veces nos han hablado en las películas, y más concretamente, en el año 2029. Ahora sí comienza verdaderamente la película, la cual se proyecta ya en todo su esplendor en las tres enormes pantallas del cine para introducir al espectador literalmente dentro de la acción. Los actores lógicamente son los verdaderos de la saga cinematográfica; y John, totalmente impresionado por lo que acaba de suceder, le pregunta al T-800 que dónde se encuentran, contestándole éste que están en el futuro. El espectáculo pues está servido, ya que a partir de ahora seremos testigos de un auténtico aluvión de disparos, naves voladoras, explosiones, fuego y destrucción en tres dimensiones.
Cuando nuestros héroes creían que habían logrado despistar al temible T-1000 interpretado nuevamente por Robert Patrick, éste aparece en el futuro a través de la misma puerta temporal y transforma sus brazos en largas palanquetas que extiende hacía el público en un efecto fantástico. El robot, vestido de agente de policia, comienza a correr detrás de la motocicleta mientras intenta agarrar a John con sus enormes brazos. Pero Arnold es mucho Arnold, y logra detener al T-1000 tras volarle literalmente la cabeza de un disparo en otro efecto 3D que deja sin aliento. Acto seguido una enorme nave Terminator intenta aniquilar a John y al T-800 lanzando rayos destructores, los cuales impactan contra un edificio que se encuentra a las espaldas de nuestros protagonistas dando lugar a la explosión más espectacular y demoledora de todo el cortometraje. Durante la proyección, unos ventiladores de grandes dimensiones situados en los laterales de la sala envían bocanadas de aire caliente al público para simular con la mayor credibilidad posible el efecto de este tipo de explosiones, originando una sensación de realismo que alcanza elevadas cotas. Y esta colosal explosión es una de las secuencias que mejor explotan los efectos especiales adicionales del teatro.
El Terminator y John logran esquivar obstáculos con la motocicleta hasta que reciben un impacto de láser que termina por derribarles, pero finalmente llegan a la planta baja de un edificio en ruinas donde intentan buscar algo de refugio. Pero los problemas sólo han hecho nada más que empezar. De inmediato una de las naves que planeaban sobre el edificio envía en busca de nuestros protagonista a un grupo de peligrosos Cazadores Volantes, pequeños Terminators voladores equipados con un mortal armamento. Todas las escenas de dichos artefactos están rodadas bajo el sistema de efecto tridimensional, de ahí que se nos muestren innumerables primeros planos con estos «simpáticos» aparatos. Tras una sucesión de disparos e intentos frustrados de asesinar a John, el protector T-800 logra destruir al molesto cuarteto de asesinos voladores a base de disparos y golpes por doquier. Se trata sin lugar a dudas de una prodigiosa secuencia de acción rodada con maestría por James Cameron, aunque aún estaría por llegar uno de los mejores momentos del film: la aparición de un malvado T-800 en su forma de endoesqueleto.
John y el Terminator dirigiéndose hasta un edificio en ruinas en busca de cobijo…
…pero los «Cazadores Volantes» no tardarán en aparecer.
El cyborg T-800 comienza a apuntar con su arma hacía el público en otro efecto 3D que asombró a toda la sala a tenor de los sonoros gritos y chillidos de ¿terror? y asombro que se pueden apreciar. Debe ser cuanto menos espectacular el instante en el que el Terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger vuela por los aires al endoesqueleto gracias a la utilización de una improvisada arma: Arnold agarra uno de los «Cazadores Asesinos» que anteriormente había inutilizado, y lo lanza hacía el T-800 impactando con brutalidad sobre su endoesqueleto y haciéndolo estallar en mil pedazos. Destacamos un instante en el que la calavera metálica del robot, totalmente seccionada, se planta en mitad del escenario durante varios segundos.
Los siguientes minutos narran ya el final de la mini-historia, y sin duda alguna se trata de lo mejor del cortometraje. John y el Terminator se dirigen hacia el mismísimo cerebro de Skynet, el cual se encuentra en el interior de una inmensa pirámide con la parte superior totalmente plana que se encuentra situada en mitad del «campo de batalla». La compuerta principal está a punto de cerrarse, pero el Terminator lo impide y ambos logran entrar en «la fortaleza». Ha llegado la hora de la verdad. Tras andar unos metros por el interior de la oscura «guarida» de Skynet, al fondo aparece el corazón de la computadora principal que controla a las máquinas. El plan: volar toda la instalación por los aires con la ayuda de un explosivo. Pero todo se complica cuando despierta de su letargo el «guardián» de Skynet: una gigantesca araña constituida de metal líquido conocida como T-Un Millón, la creación de Skynet más mortífera y sofisticada hasta el momento. La araña extiende sus largas patas hasta las butacas del cine y se desplaza de un lado a otro con la intención de asustar al público, asomándose a través de las tres grandes pantallas y emitiendo verdaderos rugidos terroríficos; pero tras una sucesión de inútiles tiroteos hacia la cabeza la máquina, el T-800 logra congelar a la monstruosa creación tras esparcir sobre ella una gran ráfaga de vapor helado procedente de una enorme tubería. El T-1M totalmente congelado estalla tras recibir un impacto de bala en su cuerpo. Señalar que cuando la araña es destruida y salta en pedazos, cae sobre el público una verdadera lluvia de pequeños fragmentos. Pero aún queda lo más importante: eliminar a Skynet.
Llega el momento cumbre del relato: la destrucción de Skynet. Una enorme pirámide esconde en su interior al verdadero responsable de la aniquilación humana
Maqueta en detalle de la fortaleza de Skynet
En ese justo instante la araña comienza a fusionar los pequeños trozos de su cuerpo, reconstruyéndose del mismo modo que lo hacia el T-1000; momento en el que aparecen de nuevo los dos actores contratados para la ocasión en mitad del teatro. Ambos intérpretes se dirigen hacía uno de los laterales, donde se aprecia un hueco con unas escaleras que proceden a subir hasta ponerse a la misma altura de la pantalla. John Connor, a pesar de su negativa a huir y de dejar al Terminator sólo frente al T-1M, se introduce en una máquina (que no se ve pero se intuye) que le lleva de vuelta a su tiempo. El T-800 le promete a John «que volverá», y una vez que Connor desaparece de escena, el actor de carne y hueso se dirige hacía la pantalla central simulando que se introduce dentro de la película, momento en el que aparece de nuevo Arnold Schwarzenegger para destruir definitivamente a Skynet y a su guardián gracias a un explosivo que introduce en el mismísimo corazón del ordenador central. Todo explota en una secuencia hyper-espectacular que invade de humo todo el teatro, mientras las butacas tiemblan bruscamente y el sonido envuelve toda la sala como si se tratase de una explosión real. El entrañable T-800 vuelve a sacrificar «su vida» en beneficio de la humanidad, pero sobre todo, en beneficio de su amigo y protegido John Connor. Fin de la función.
T- 1.000.000, el guardián más terrorífico y poderoso que protege el corazón de Skynet
Interesante, ¿verdad?
Detalles del rodaje y la producción
Corría el año 1995 y el realizador James Cameron rechazó inicialmente la propuesta de los responsables del parque temático de la «Universal Studios» para que rodara este cortometraje, pero tras semanas de negociación, el cineasta aceptó con la condición de fichar a gran parte del reparto original; además exigió disponer de un holgado presupuesto para plasmar en pantalla con total solvencia una guerra futurista que tuviera credibilidad. En ese momento entra en escena John Bruno, responsable de la compañía de efectos especiales «Digital Domain» de la que es co-fundador el propio James Cameron. Bruno comentó entonces una idea fascinante que podría significar una verdadera revolución en el parque temático: rodar la película en 3D IMAX para facilitar un entretenimiento interactivo entre los espectadores y los personajes que aparecen en el film. Todos quedaron entusiasmados con la idea y, a falta de cerrar el reparto y de pulir algunos aspectos generales, se pusieron manos a la obra. Para construir las impresionantes maquetas y máquinas del futuro, el director volvió a contar con la presencia del experto en Fx Stan Winston, que colaboró en la producción creando seis robots T-70 y un T-800; además el realizador también pudo disponer de los actores Arnold Schwarzenegger, Edward Furlong, Linda Hamilton y Robert Patrick para que repitieran sus respectivos papeles. Tras confirmarse que el presupuesto ascendería a 60 millones de dólares, se dio luz verde al proyecto y Cameron inició un rodaje que duró alrededor de tres semanas en una mina abandonada en el desierto de Mojave.
El recientemente fallecido Stan Winston junto a una de sus mejores creaciones: el T-800
Más de 100 personas se dieron cita durante en el plató de rodaje, las cuales tuvieron que transformar los alrededores de la mina en una réplica de Los Ángeles tras ser devastada por la catástrofe, dispersando para ello más de una centena de vehículos destrozados en los alrededores. El diseñador de producción, John Muto, creó el paisaje ruinoso del futuro a partir de estructuras existentes en la propia mina, reuniendo distintos desechos, entre los cuales se incluyeron los automóviles anteriormente citados y trozos de hormigón, muros, ladrillos y cables; pero el aspecto de mayor importancia en el que mayor hincapié hicieron era el efecto 3D, ya que debía de lucir en pantalla sin fracturas y con total nitidez. Para ello se utilizaron dos cámaras para filmar los planos en tres dimensiones, cada una de las cuales pesaba alrededor de 225 kilos y se movían a 80 kilómetros por hora. No hace falta decir que el resultado fue sumamente espectacular, y es que no podía ser de otra manera dado el elevado presupuesto con el que trabajó el director: si tenemos en cuenta que el cortometraje tridimensional dura 11 minutos (los ocho restantes se emplean en narrar un preámbulo y la actuación en directo) y que el presupuesto era de 60 millones de dólares, cada minuto de filmación costaba exactamente 5 millones de la misma moneda. Todo un récord que convierte la película en la más cara de la historia si tenemos en cuenta la proporción «presupuesto-metraje». Y es que realmente estamos hablando de algo verdaderamente innovador en 1996, ya que la compañía «Digital Domain» fue más allá de los límites impuestos en ese momento por la tecnología estereoscópica, utilizando equipos de cámaras tridimensionales del tamaño de una nevera frigorífica. En definitiva: las herramientas existentes hasta ese momento no permitían plasmar un efecto 3D de tal calibre, por lo que tuvieron que reinventar gran parte de la tecnología e innovar con los métodos de filmación.
Durante el rodaje se utilizó pirotecnia a gran escala para destruir literalmente los edificios de la zona de guerra
Pese a esto, Cameron no quería perder su estilo habitual en los movimientos de cámara, lo que le llevó a buscar formas para esquivar las limitaciones del rodaje en tres dimensiones. Se utilizaron cámaras montadas en coches y grúas en cualquier forma posible, pero la solución más efectiva fua le «Cablecam», sistema que permite hacer volar la cámara sobre el decorado, ya que está sujeta por un cable tendido entre dos torres portátiles. Un grupo de técnicos se ocupaba únicamente de la utilización de este mecanismo, el cual se aplicó sobre todo a tomas de la motocicleta cuando huía del temible T-1000. Respecto a las nuevas máquinas que nos encontramos en esta epopeya apocalíptica, tenemos a los Minihunters o «Cazadores volantes asesinos» en miniatura. Una flota de pequeños robots voladores equipados con armas automáticas. En «Digital Domain» se construyeron tres modelos de estos artefactos para algunas tomas en las que era necesario acercarse a los mismos con la cámara. Luego la mayor parte de estos nuevos robots se desarrollaron digitalmente y fueron insertados en tomas con los actores de carne y hueso. Pero sin lugar a dudas una de las mayores novedades de este cortometraje es el guardián de Skynet, una aterradora y gigantesca araña de metal líquido que protege el corazón del ordenador central. Esta aberración creada por el propio Skynet se conoce como T-1M (T-Un Millón), y resulta francamente espectacular al mismo tiempo que imponente.
En aquella época Terminator 2: 3D se convirtió en la experiencia en tres dimensiones más avanzada hasta la fecha; de hecho se trataría de la película de acción más cara de todos los tiempos si hubiera tenido una duración estándar de 90 minutos. Un evento digno de ver aunque desgraciadamente por estos lares lo tendremos complicado, pero quien sabe…quizás dentro de un tiempo podamos visitar estas lujosas instalaciones situadas en el glamouroso Hollywood para disfrutar de sus numerosas atracciones temáticas, todas referentes al mundo del cine. Vayan ahorrando y… tiempo al tiempo.
En resumidas cuentas
Terminator 2: 3D se proyecta exclusivamente en los «Universal Studios» de Estados Unidos y en Japón, aunque resulta relativamente sencillo hacerse con el material para poder echarle un visionarlo. Evidentemente el efecto 3D no se aprecia en la misma medida y la «magia» y fantasía del espectáculo en directo se pierde por completo al ver el cortometraje en un PC o televisor. No obstante no está de más hacerse con él porque resulta muy curioso, pero a pesar de que James Cameron comentó en su momento que se trata de casi una «prolongación de la segunda entrega de la serie», tengan presente que el cortometraje se desvía totalmente de la línea argumental de la saga cinematográfica y que es un film concebido exclusivamente como un producto «adicional» a la misma.
Las instalaciones de Universal Studios Hollywood. El teatro de los sueños
Universal Studios Hollywood es un estudio de cine en Universal City de la comunidad no incorporada de Los Ángeles, California, Estados Unidos, y es el parque temático original de Universal Studios. Woody Woodpecker es la mascota de los Universal Studios Hollywood y el resto de los parques temáticos Universal Studios. Es uno de los más antiguos y más famosos estudios cinematográficos de Hollywood todavía en uso. Su título oficial de comercialización es «La Capital del Entretenimiento Luisiana», aunque durante el verano a menudo se anuncian como «el mejor lugar en Luisiana». Inicialmente fue creado para ofrecer tours de la realidad Universal Studios soundstages y conjuntos. Es el primero de muchos de pleno derecho parques temáticos Universal Studios, junto con Universal Studios Florida, Universal Studios Japón, y los próximos Singapur Universal Studios, Universal Studios Dubai, Universal Studios y Corea del Sur parques temáticos.
Universal Studios Florida es un parque temático en el área de Orlando que forma parte del complejo Universal Orlando Resort. El parque abrió sus puertas en 1990 y la mayoría de sus juegos están basados en películas populares. Actualmente, con el otro parque inaugurado Islands of Adventure, CityWalk y los hoteles cercanos se ha convertido en una fuerte competencia para Walt Disney World como destino de vacaciones.
Las atracciones cinematográficas del parque están distribuidas en seis áreas distintas: Hollywood, Production Central, New Tork, San Francisco, World Expo, Woody Woodpecker´s KidZone y Lagoon. Algunos de los espectáculos más importantes de cada una de estas áreas son: Terminator 2 3D: Battle Across Time, Shrek 4-D, Twister: Ride it out, Tiburón, Beetlejuice´s Rock and Roll, Men in Black: Alien Attack, The Simpsons: The Ride, E.T. Adventure, Jurassic Park o la superespectacular Revenge of the Mummy.
A lo largo de todos estos años muchas atracciones han ido cerrando para dar paso a otras más modernas. Este es el caso como la atracción Regreso al Futuro: The Ride, que abrió en 1991 y cerró en Marzo de 2007 en detrimento de The Simpsons: The Ride. La atracción de «Los Cazafantasmas» era una de las más impresionantes en su momento: Ghostbusters Spooktacular, que cerró para dar paso a Twister. Otras atracciones obsoletas que cerraron de cara al público fueron: Alfred Hitchcock, The Art of Making Movies, The Wild, Wild, Wild West Stunt Show, Hercules and Xena: Wizards of the Screen o Kongfrontation.
Vista exterior de las instalaciones de la atracción TERMINATOR 2 3D: Battle Across Time
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