Sudden Death (Muerte súbita)
El pabellón donde se va a celebrar por todo lo alto la final de la "Stanley Cup" de Hockey es tomado a la fuerza por un grupo muy preparado y entrenado de ex-agentes de la CIA y mercenarios profesionales. Nadie puede entrar desde fuera. Y sólo un hombre podrá detenerlos desde dentro. (Cineycine).
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar si tu hija cayera en manos de unos peligrosos terroristas y ni el servicio secreto y ni tan siquiera el FBI pudiera ayudarte? Darren McCord está dispuesto a hacer cualquier cosa para rescatar a su pequeña. Pero no sólo la vida de su hija está en peligro… ¡también la de 17.000 personas más! McCord es la última esperanza para todos. Bienvenidos a… ‘Sudden Death (Muerte súbita)’.
«Escuche, estas son las normas de este juego: usted con sus bombas y sus rehenes puede conseguir el dinero. Yo intentaré detenerle. No quiero que nadie resulte herido. Si me detiene, gana usted. Si encuentro sus bombas, gano yo. A eso jugaremos, miserable cabrón. Pero como toque a mi hija se acabó el juego. Entonces iré a por usted. Tendrá que matarme delante de toda la gente que hay en el pabellón. Cundirá el pánico. El servicio secreto, los SWAT, incluso el ejército tendrán que intervenir. Y adiós a su dinero. Estará perdido» (Darren McCord)
La trama: Pánico en el estadio.
Darren McCord (Jean-Claude Van Damme) es un ex-bombero apartado del servicio por problemas personales. Ahora trabaja como Inspector de Incendios en el estadio de los Penguins en Pittsburgh. La víspera del partido final de la «Stanley Cup» el recinto tiene previsto albergar a más de 17.000 personas y en la misma se enfrentarán: el equipo local de Los Penguins contra los Black Hawks de Chicago.
Como regalo de cumpleaños para el mayor de sus hijos, McCord los invita al partido. Lo que ignora es que unos terroristas tienen previsto tomar el control del pabellón, retener a los espectadores y al vicepresidente de los EE.UU., y atrincherarse en el palco de autoridades. Todo ello bajo la amenaza de volar el estadio por los aires sino son atendidas sus peticiones. Los terroristas quieren dinero, mucho dinero y lo quieren ya. Sólo McCord tiene las suficientes habilidades para, desde dentro, desmantelar el plan tejido por la cabeza pensante de los saboteadores, Joshua Foss (Powers Boothe).
Crítica de Sudden Death (Muerte súbita)
Después de colaborar conjuntamente un año antes en ‘Timecop’, uno de los films de más éxito de taquilla a nivel internacional de Van Damme, Peter Hyams y el actor belga se apresuraron a rodar juntos de nuevo. Para ello se acabaron inclinando por un film del género de acción-terrorista con un marcado perfil dramático en el personaje principal. Personaje que, nuevamente, estaría interpretado por Van Damme.
Tanto los productores como sus dos máximas estrellas, Hyams como director y Van Damme como actor principal, se pusieron de acuerdo en que el libreto original del film debía de cambiar su tono. El guión venía a ser una especie de comedia/parodia de ‘Jungla de cristal’ (John McTiernan, 1988) que definitivamente cambiaron hacia el drama y la seriedad. Recordemos que, en un primer borrador, el script fue obra de Gene Quintano. Sin embargo, de todo lo escrito por Quintano para ese libreto que nunca vio la luz, sólo quedó la escena en que Darren McCord/Van Damme lucha contra un pingüino gigante.
Cebarse contra una cinta de estas características es absurdo. Igualmente que existe el llamado cine serio con aspiraciones a premios, merecen existir películas que no busquen más que hacer pasar un gran rato. ‘Sudden Death (Muerte súbita)’ es de este último grupo. No ganó ningún premio pero es un largometraje que siempre apetece revisionar. Y muchos films con Oscars en sus mochilas, no pueden decir eso.
Por su parte, Peter Hyams es un artesano de la vieja escuela, un director de esos que saben perfectamente como manejar en cada instante los tempos y resortes del género. Y aquí no hace una excepción. Hyams dota al film de un muy bien llevado crescendo de acción y tensión. La cinta no pierde el tiempo en presentaciones largas. Así pues, tanto el personaje principal, Darren McCord, como los villanos, son introducidos de forma elegante y ágil al espectador. De hecho, la primera escena de McCord en el film ya deja bien claro a la audiencia que un fatídico hecho le va a dejar traumatizado llevándole a la situación en donde lo encontramos dos años después. Mientras que los villanos, encabezados por Joshua Foss, aparecen por primera vez en la cinta preparando todo minuciosamente en un hangar abandonado, demostrando que son tipos muy preparados.
Detalles a no pasar por alto son: la atmosférica banda sonora principal obra de John Debney. También la acidez de los diálogos escritos para el villano de la función, un excelentemente pérfido Powers Boothe. Por supuesto la ironía con que están salpicadas las frases de los comentaristas y locutores del partido para con lo que está ocurriendo paralelamente en el recinto y que estos desconocen. Y sin olvidar la notable actuación de Van Damme en el apartado dramático de su personaje. Respecto a este último, vean como la agonía se va apoderando de él hasta que, finalmente, estalla de rabia en los últimos minutos.
Ahondando en JCVD también hay que fijarse como dota a su interpretación de pequeños toques de humor para con su personaje, o su rostro al sacar una pistola de agua y un encendedor de sus bolsillos como única arma para intentar matar a un maloso. Estos detalles, y algunos más, hacen del Darren McCord de ‘Sudden Death’ uno de los mejores trabajos interpretativos de Van Damme en los años 90.
Dentro de la plana de secundarios cabe destacar a un actor de carácter tan sobrio como Raymond J. Barry. También a un eterno secundario de los 80 como Dorian Harewood. Aquí encarna al jefe de los servicios secretos, Mathew Hallmark. Harewood vivió sus años de apogeo como intérprete de reparto y actor de TV en los dorados años 80, mostrando su duro rostro y buen hacer en cintas como ‘La chaqueta metálica’ (Stanley Kubrick, 1987).
En lo que tiene que ver con las cifras de taquilla, y con un presupuesto de 35 millones de $, el film terminó su recorrido comercial con unos flojos 64 millones de $ alrededor del mundo. Hablamos de una cifra más bien corta, sobre todo si se los compara con los más de 100 millones que amasó la ya citada ‘Timecop’. En el mercado del video mejoró cifras y acabó dando beneficios, como casi todos los films de Van Damme que se han estrenado en cines. Si bien esta película no está entre los mayores éxitos de público y crítica de Van Damme, sí que mereció mucha mejor suerte. No le ayudaron las inmerecidas críticas que todo film del belga recibía por aquellos años cuando estaba en lo más alto.
En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Sudden Death (Muerte súbita), una cinta que está, sin lugar a dudas, entre las 10 mejores películas de la filmografia de nuestro protagonista de hoy y en su Top 3, si obviamos sus inclusiones en las cintas de artes marciales puras y duras. Comparada con la clase de cine de acción que se hace hoy día es puro caviar. Cine de evasión excelentemente fabricado, sin más pretensiones que las de hacer pasar dos horas con grandes dosis de acción, suspense y plenamente entretenidos frente al televisor.
Tráiler de Sudden Death (Muerte súbita)
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