Sol rojo
Un embajador japonés se dirige a Wahington en compañía de dos samurais para ofrecer al presidente de los Estados Unidos una valiosa katana, obsequio del mismísimo emperador de Japón. Pero de camino a su destino se toparán con una peligrosa banda de forajidos y la espada terminará desapareciendo. Uno de los samurais deberá recuperarla a toda costa pero contará con una ayuda inesperada.
Dirigida en 1971 por el veterano Terence Young, ‘Sol rojo’ supuso el inicio de un curioso subgénero cinematográfico que mezclaba el lejano oeste con el exotismo de los samurais y las artes marciales. Y quien mejor que Charles Bronson, Toshiro Mifune y Alain Delon para afrontar el duelo… ¿Quedará alguien en pie al ponerse el sol?
Valoración:
Pistoleros contra samurais… No hay duda de que la premisa argumental es interesante a la par que atractiva, sobre todo en una época como los setenta donde el western europeo experimentaba un periodo de crisis y había que reinventarse o morir. De hecho, gracias a esta película y a la serie televisiva ‘Kung Fu’ protagonizada por David Carradine, este nuevo subgénero se fue abriendo paso con películas como ‘Mi nombre es Shangai Joe‘ o producciones más paródicas de la talla de ‘El blanco, el chino y el negro’. Incluso uno de los mayores representantes del cine de artes marciales como Jackie Chan aportó su granito de arena con ‘Shangai Kid’. Pero volvamos a la película que nos ocupa, un spaghetti western de corte clásico donde la acción tiene un peso específico.
Que esta película fuera una co-producción es lo de menos, lo realmente importante es que con el trío protagonista escogido se pretendía alcanzar al mayor espectro posible de público. Una estrella norteamericana de renombre como Charles Bronson, un actor de culto como era Alain Delon y todo un exponente del cine japonés como Toshiro Mifune. Un trío de ases con el que se buscaba atraer al público con una historia de acción y venganza. Y por si la operación de marketing no era suficientemente inteligente añadieron también a una sex symbol como Ursula Andress que ya había trabajado con Terence Young en ‘James Bond contra el Dr. No’.
Charles Bronson afrontaba en esta película un papel más locuaz de lo habitual en él, posiblemente por el hecho de que Toshiro Mifune no dominaba el inglés y por lo tanto sus líneas de diálogo eran escasas. No era su primera vez, recordemos aquella fantástica producción bélica titulada ‘Infierno en el Pacífico’, donde Mifune debía convivir con Lee Marvin en una isla desierta sin poder entenderse. No obstante se percibe una notable química entre ambos actores y eso es más que suficiente para salvar un guión algo flojo. El estoicismo japonés de Mifune se contrapone a la verborrea y rudeza de Bronson, lo que da lugar a escenas un tanto simpáticas. Es cierto que no son nada del otro mundo, pero la persecución de los bandidos en busca de la espada robada agradece esos momentos de distensión.
Para interpretar al malo de la película se contrató a Alain Delon, que si bien realiza un trabajo correcto interpretando al «Zurdo» no era en mi opinión la elección ideal, quizás por el hecho de que a pesar de ser un enfant terrible del cine francés era demasiado apuesto, no en vano se le consideraba el James Dean europeo. Un tipo del estilo de Lee Van Cleef hubiera sido mejor en todos los aspectos. De todos modos no hay que exigir a esta película más de lo que pretende ser, que no es otra cosa que un western entretenido y bien realizado, con un cierto aire que nos recuerda a las actuales buddy movies.
Elementos como la puesta en escena, los decorados y la pirotecnia están bastante cuidados. Hay explosiones, persecuciones y peleas, todo muy bien filmado. Además el rodaje se llevó a cabo en Almería, por lo que la película se beneficia de unos hermosos escenarios naturales. Y naturalmente no olvidemos la banda sonora a cargo del gran Maurice Jarre, no confundir con el hijo.
Conclusión:
No podemos decir que ‘Sol rojo’ sea un gran western, pero como intento de innovación resulta ser un producto entretenido y ciertamente interesante para cualquier amante del género. Incluso creo que para aquellos que no terminan de interesarse por las películas de pistoleros puede haber cierto atractivo. En resumen, una película ideal para verla una tarde de verano sentados en nuestro sofá favorito, sobre todo si lo único que pretendemos es pasar un buen rato.
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