Regreso al futuro II
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“Evidentemente el continuo espacio temporal ha sido alterado y el resultado es una nueva secuencia temporal que da lugar a una nueva realidad alternativa. Para volver a nuestra realidad, tenemos que conocer la fecha exacta y, sobre todo, las circunstancias específicas en la que el joven Biff consiguió el almanaque deportivo”. La historia va a cambiar de nuevo en… ‘Regreso al futuro II’.

“¡Marty! Tienes que regresar conmigo. ¡Regresar al futuro!” (Doc)

Crítica de Regreso al futuro II

Más de cuatro años tuvimos que esperar para que Steven Spielberg, Robert Zemeckis, Bob Gale y Michael J. Fox pudieran cotejar agendas… y reunirse de nuevo para rodar, de manera simultánea, las dos secuelas del clásico Regreso al futuro (1985). Spielberg, como productor, ya gozaba de un importante status gracias a su saga de éxito mundial Indiana Jones. Por su parte, Robert Zemeckis acababa de salir de la venerada ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988). Bob Gale se había mantenido muy ocupado redactando los libretos para las dos secuelas. Y el insustituible Michael J. Fox, por fin, lograba liberarse del contrato con la NBC para la sitcom ‘Enredos de familia’ (1982-1989).

Todos los hechos que acabo de describir, posibilitaron la luz verdad para el rodaje de ‘Regreso al futuro II’ y ‘Regreso al futuro III’. La filmación de ambas continuaciones tuvo lugar desde febrero de 1989 hasta enero de 1990. La idea del rodaje simultáneo se estableció para abaratar costes y no dejar pasar el tiempo más allá… sobre todo para que los jóvenes no envejecieran más y eso afectara al resultado en pantalla del film. El presupuesto total de ambas producciones fue unos muy bien aprovechados 40 millones de dólares. Y solamente la segunda entrega consiguió unos tremebundos 362 millones de dólares mundiales desde su estreno el 22 de noviembre de 1989 en salas EEUU.

Ciertamente, el listón desde el primer film estaba muy alto. La película original es un imperecedero divertimento mayúsculo que conectaba con todos los rangos de edad de las audiencias a nivel global. Y a fe que esta segunda entrega logró, como mínimo, permitirse el lujo de mirar cara a cara al original… revisitando la historia de aquella y creando nuevas y geniales líneas temporales. El resultado es un fabuloso entretenimiento que aúna un inenarrable, y luego descubierto como muy imposible, futuro año 2015. Una nueva brecha temporal en un derruido 1985 y la vuelta final, rizando el rizo, a 1955 para salvar el futuro preservando el pasado.

El ritmo se puede decir que es mucho más acelerado que el de la primera parte. A esto ayuda mucho lo bien hilado que resulta todo su libreto. Mérito ineludible para Bob Gale y el mismísimo Zemeckis. Sobre todo, teniendo por delante una empresa altamente complicada. Aquí no solo debían de trabajar con las expectativas del público en relación con el film original, sino que también debían de transitar con sutileza por la línea del fanservice (aunque en aquellos tiempos no existiera dicho término) y darnos algo que fuera fresco y atractivo para volver a engancharnos. Ojo a la enorme ración de easter-egg que nos van lanzando, de forma más o menos velada, no solo a otros viajes temporales nunca desvelados de Doc Brown, sino también a la, por aquel entonces, inédita tercera entrega.

La comedia en este film surge de los numerosos líos y las rocambolescas situaciones en las que Doc & Marty acaban metiéndose por culpa de su peculiar DeLorean. Al mismo tiempo que lanza una durísima crítica al plausible futuro del año 2015. Una época donde, para desgracia de Marty McFly, sí que nos hemos vuelto gilipollas. Además, el hecho de que su duración sea menor, y que aunque veamos situaciones conocidas a las que de nuevo se acude para lograr darles una nueva vuelta, hace que durante todo el tiempo nos invada una sensación festiva. Sensación que nos acompañará hasta sus altamente intrigantes minutos finales con un, en su momento, totalmente original emplazamiento a esperar hasta el verano siguiente para saber cómo se lograrían cerrar los hechos…

La fotografía del evento, claramente mucho más ambiciosa que la del original en emplazamientos y trucajes visuales, va a parar a las manos del genial Dean Cundey. Todo un habitual de Zemeckis. Por supuesto, todos recordarán que también se ocupó de la misma labor en el film embrionario. Otro que vuelve es Alan Silvestri, que repite tras la batuta de su archiconocida y venerada partitura musical.

En el reparto, el siempre carismático Michael J. Fox literalmente borda nuevamente su magnífica creación del personaje de Marty McFly, un entusiasta joven que acaba metido en tremebundos líos. Sobre todo por su unión con el estrafalario Doctor Brown… y luego por su mecha corta al reaccionar a los desafíos y a la frase: “Eres un gallina”. Sin duda, su interpretación en esta secuela logra más momentos de lucimiento. Y, además, realza su entrada al olimpo de los mitos del celuloide. Inmejorable labor la suya.

Igualmente genial está Christopher Lloyd como el eminente Doc Brown. El cual, a pesar de sus buenas intenciones, ve como su máquina del tiempo no es el invento que pensaba. Y comprobará, de primera mano, cómo puede ser usada para fines personales por las manos equivocadas. Otro que tiene barra libre para lucirse es Thomas F. Wilson (Biff Tannen). Aquí entrega hasta cuatro personajes a cada cual más repulsivo y extravagante. Su caricaturesco villano logra que empaticemos todavía más con el héroe. Por su parte, Lea Thompson encara a una versión de conejita de playboy alternativa en la mayoría de sus minutos regresando como la Lorreaine Mcfly de los ochenta.

Por su parte, Elisabeth Sue sustituye a la borrada Claudia Wells como Jennifer. Y la sustituye en un cameo expendable echándose la siesta sin posibilidad de réplica. Otro que fue apartado del rodaje fue Crispin Glover (George McFly). Su carácter retraído y problemático hizo que fuera sustituido en la mayoría de planos por Jeffrey Weissman. Toda una pena su sustitución, ya que afecta al film y Glover mejoraba el casting del original. A pesar de los intentos por hacer que el reemplazo no se note, no logran que no nos percatemos del truco. Por ello, y a pesar de las buenas labores del trío protagonista, considero que sin Glover el reparto de esta secuela queda por debajo del original. Y ya como curiosidad destacar que esta fue la primera aparición en cines de Elijah Wood como un infante que juega a una recreativa.

“Esto es muy fuerte, Doc. Parece como si hubiera estado aquí ayer” (Marty)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Regreso al futuro II, un fabuloso e imprescindible entretenimiento de primer orden. Esta nueva propuesta posibilitó que una de las películas más referenciadas y veneradas de nuestra infancia fuera revisitada, aumentada y, hasta según a quién le preguntes, mejorada. Sumada a la primera y a la tercera, tenemos una trilogía imprescindible del séptimo arte.

Tráiler de Regreso al futuro II

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