MaXXXine
California, 1985. Han pasado algunos años después de la terrible matanza de Texas y Maxine ha logrado convertirse en toda una estrella del porno. Pero ahora, con 33 años, considera que ya es vieja para las producciones X y decide dar el salto al cine de verdad que se hace en Hollywood. Paralelamente, un sanguinario acosador nocturno siembra el terror en las noches californianas salpicándolas de sangre. Poco a poco, los caminos de Maxine y el acosador irán acercándose cada vez más. (Cineycine).
“Esta película nos lleva a una época en la que Hollywood era menos limpio y brillante que ahora. Es una parte fundamental de la misma y básica dentro de la evolución del personaje de Maxine mientras va ascendiendo los peldaños de la industria…”. Ti West nos invita a acompañar a Mia Goth en su ascensión al Hollywood ochentero convertida en ‘MaXXXine’.
“No voy a aceptar una vida que no merezco” (Maxine)
Crítica de MaXXXine
Hace apenas 2 años, Ti West rindió un notable homenaje al cine slasher que se hacía en los años 70 con el estreno de ‘X’. La película tenía una gran ambientación y estaba plagada de guiños cinéfilos a los films de terror de aquella época. Viendo el éxito alcanzando, el director y guionista fue a por todas y decidió hacer una trilogía con Mia Goth, su musa. La actriz pasó a convertirse en la protagonista absoluta de las dos siguientes películas filmadas por West. La primera sería ‘Pearl’, una precuela que recogía la historia de los ancianos asesinos de ‘X’. Y la segunda es la que nos llega ahora a cines bajo el título de ‘MaXXXine’. Aquí estamos ante una secuela en toda regla de la ya citada ‘X’. Por consiguiente, se retoma el personaje de Maxine (Mia Goth) y asistimos a sus nuevos avatares ya en Hollywood.
Antes he dicho que el film anterior destacaba por su ambientación y guiños. Pues bien, West repite la fórmula en ‘MaXXXine’ y solo cambia los 70 por los 80. Y es que: “si algo no está roto, no lo arregles”. En consecuencia, la película se siente totalmente como una realizada en los primeros años 80. Con esto quiero decir que la iluminación, la fotografía, la filmación e incluso los títulos de crédito nos remiten a esa época. Sobre todo destaca la atmósfera propia de De Palma con el retrato de los estudios de cine y todo lo que conlleva el submundo nocturno: callejones sin salida, navajeros, videoclubs X, discotecas, drogas, sexo,… Por supuesto, todo esto salpicado del atrezo de aquellos años como las cintas VHS, el vestuario, o los temas del momento como el “Obsession” de Animotion o el “Bette Davis Eyes” de Kim Carnes.
Y, al igual que ‘X’ tiraba muchos guiños en un auténtico ejercicio de “Metacine”, lo mismo hace ‘MaXXXine’. Hay homenajes muy directos como, por ejemplo, el tributado a ‘Psicosis II’ (Richard Franklin, 1983) o a las películas tipo ‘Angel’ (Robert Vincent O’Neil, 1983). También hay sitio para volver a homenajear al gore y al giallo. Al primero con una violencia realmente explícita (ojo a unos genitales machacados en primer plano de un pisotón) y al segundo con el aspecto del siniestro asesino y algunos de sus crímenes. Y, lógicamente, también hay otros guiños que sólo el cinéfilo más versado será capaz de percibir dibujándosele entonces una sonrisa en la cara… Tal y como resume el propio Ti West: “Fuimos sumamente meticulosos con todos los detalles”. Todos estos homenajes son útiles estando puestos al servicio de los sucesos del film y no del fan.
Del guión también se ocupa Ti West y esta vez combina la persecución de un sueño con las críticas al Hollywood de aquel periodo. El sueño es el que persigue Maxine de triunfar, por encima de todos, en el cine fuera del porno. La oportunidad le llega con la audición de ‘Puritana 2’, una secuela de un film de terror que fue un éxito en video. A partir de ese instante, los fantasmas de la matanza en la granja texana volverán para atormentarla junto a determinados aspectos de su pasado. Y este el principal punto de conexión de ‘MaXXXine’ con ‘X’. Por otro lado, la crítica a Hollywood lo representa el personaje de Elizabeth Debicki, una directora que quiere asentarse en un mundo de hombres. Es ella la que baja a la realidad a Maxine: “Estás en las entrañas de la bestia” o “Aquí solo hay una oportunidad”.
Las dos tramas descritas se aderezan con el aire mal sano de la época. Un aire mal sano en forma de consumo de drogas, miedo a los criminales violentos y cierta confrontación entre lo satánico y los salva-almas que protestan contra ‘Puritana 2’. En toda esta temática, y en la ambientación anteriormente descrita, echo en falta alguna referencia al monstruo del SIDA para que todo hubiera sido más completo. Una lástima no haber incluido, aunque fuera una breve referencia, a tan temido virus. Sobre todo cuando estás haciendo, y ambientando, una película en el Hollywood de los 80 con una aspirante a actriz que encima sale del porno.
La protagonista principal de esta función es Mia Goth, que además pone parte del dinero como productora. Esta vez su Maxine es una chica que ha espabilado mucho con relación a aquella chiquilla que sólo quería triunfar en el cine X. Maxine se ha endurecido y ha aprendido a sobrevivir en la jungla de Los Ángeles. Cazarla puede ser el equivalente a caer en sus garras (a la escena del callejón me refiero). Maxine tan solo flaquea cuando los fantasmas del pasado atacan sus recuerdos… La actuación de Mia Goth recoge toda esta nueva personalidad de su personaje y además nos regala una escena cumbre en la que nos revela lo gran actriz que es. Me refiero a su audición para ‘Puritana 2’. En esa secuencia, y en apenas unos segundos, cambia totalmente de registro.
También un papel importante es el que va para Elizabeth Debicki encarnando a Elizabeth Bender, la directora de ‘Puritana’ y ‘Puritana 2’, que quiere consolidarse y asentarse en unos estudios dominados por hombres. Hay que destacar la personalidad, presencia y autoridad que Debicki imprime a su papel. La actriz continúa así una progresión que ha ido claramente de menos a más a nivel interpretativo.
Por otro lado, atención a las apariciones de Kevin Bacon porque son parte de lo mejor. Bacon interpreta a John Labat, un miserable detective que se califica así mismo como: “una furcia”. Ojo porque el actor le da una particular entonación a su voz coincidiendo con el espíritu despreciable de su rol. Además se convierte en un total roba-escenas y aporta cierto humor negro con algunas de sus frases y acciones. Lo contrario a Bacon lo representa Giancarlo Esposito siempre muy calmado y controlador en su papel de Teddy, el agente y apoyo de Maxine. También está Moses Sumney como Leon, un encargado de un videoclub X. Su papel es un mero apoyo para Maxine.
Para terminar tenemos otros secundarios más o menos importantes que resulta obligatorio citar. En primer lugar está la pareja de inspectores formada por Michelle Monaghan y Bobby Cannavale. Ella es la “poli buena” y él es el “poli malo”. Atención a las varias referencias de Cannavale respecto a lo mal que le salen sus “actuaciones” (una clara burla hacia su propia y real carrera). Quitando esto, es una pena el poco desarrollo de esta pareja y lo mal que son sacados de escena… especialmente ella. Por último, apenas tienen trascendencia, y minutos, Lily Collins, Sophie Thatcher y Halsey. La primera es la protagonista de ‘Puritana’, la segunda aparece como una especialista en maquillaje y la tercera hace de amiga de Maxine.
“Siempre he querido ser famosa” (Maxine)
En conclusión.
Termino esta crítica de MaXXXine, una forma bastante buena de cerrar una “inesperada” trilogía con Ti West llevando el nombre de Mia Goth a lo más alto en sus diferentes pósters, tal y como en el film ansía Maxine. La puesta en escena de esta tercera parte es realmente hipnótica resultado casi irresistible no dejarse atrapar por ella… sobre todo si, como es mi caso, eres un amante y/o nostálgico de los años 80. En definitiva, y tal y como dije en la reseña, “si algo no está roto, no lo arregles”.
Tráiler de MaXXXine
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