Harry el fuerte
El inspector Harry Callahan ha sido apartado de homicidios por el teniente Briggs al no transigir para suavizar sus métodos. Pero cuando una serie de vigilantes comiencen unos sangrientos ajusticiamientos a notorios criminales de la ciudad, Briggs no tendrá más remedio que recurrir a Harry para que se ponga el frente del caso. (Cineycine).
“Nuestros héroes han muerto. Somos la primera generación que sabe luchar. Intentamos limpiar la ciudad de asesinos que serían sentenciados si nuestros tribunales funcionaran como es debido… No se trata de utilizar o no utilizar la violencia. Es simplemente el camino más corto. Usted debe comprenderlo. Debe comprenderlo mejor que nadie. ¿Estás con nosotros o contra nosotros? Contesta, Harry el fuerte”. Vuelve Clint Eastwood como Harry Callahan. Antes era conocido como el sucio. Ahora es… ‘Harry el fuerte’.
“El hombre debe conocer sus limitaciones” (Harry Callahan)
Crítica de Harry el fuerte
Dicho con todo el sentido, ‘Harry el fuerte’ (Ted Post, 1973) fue la respuesta a ‘Harry el sucio’ (Don Siegel 1971). Y lo fue de la mano de dos guionistas con una visión uno del otro totalmente alejada como eran John Milius y Michael Cimino. Ambos, cada uno por su lado, hilvanaron un film que funcionaba como el mecanismo de un reloj… La idea estaba clara: entregar al espectador una nueva visión. Enseñarles la otra cara de la moneda. Mostrar a Callahan como lo que era: un mal necesario. El hombre al que todos, hasta lo proclamados como más liberales y progresistas, llamarían si escucharan un ruido en su casa por la noche o necesitaran que los salvasen de los verdaderos peligros públicos de la sociedad. La verdadera última línea de defensa. Un agente que defendía la ley y la aplicaba de la forma más recta posible.
Harry aquí debía de verse las caras contra los “bandidos modernos con espuelas”. Aquellos que se saltaban la ley para asesinar sin mirar las consecuencias, usando para ello el camino más corto. Ojo al eco del villano de negro inmortalizado por Jack Palance en ‘Raíces profundas’ (George Stevens, 1953) en la vestimenta y forma de proceder de los “vigilantes motorizados”. Estos policías formaban una especie de suborganización dentro del sistema que no miraba a quien se llevaba por delante con tal de usar la violencia. Y ¡cómo no! imposible obviar la referencia tomada por James Cameron para el look del T-1000 al que encarnó Robert Patrick en ‘Terminator 2: El juicio final’ (1991).
‘Magnum Force’ se rodó íntegramente en San Francisco entre abril y junio 1973, bajo las órdenes Ted Post. La ciudad fue usada nuevamente como un elemento más dentro del propio Universo de Harry. Esta vez fotografiada por Frank Stanley, quien nos muestra al antihéroe como un pez fuera del agua. Un infiltrado en una de las ciudades más liberales de América. Un cowboy fuera de sitio que cabalga hacia el horizonte con su revolver siempre preparado. La cinta se estrenaría en grandes salas de Estados Unidos el 25 de diciembre de 1973. A España llegaría mucho más tarde, en verano, concretamente el 24 de julio de 1974.
El debate que proponía ‘Harry el fuerte’ era realmente potente. Y lo era desde el punto de vista político, cinematográfico y a nivel radiográfico de un movimiento concreto social en los EEUU. Recordar que el primer film funcionaba perfectamente como germen del cine de acción. Una especie de drama policíaco y denuncia del sistema judicial. Ahora se extendía ese debate a todos los estratos sociales y judiciales, haciendo una mirada incisiva sobre la nueva ‘Ley Miranda’ o en las reformas de Nixon. Sin duda, cada film de la saga Harry proponía interesantes reflexiones. Mostraba el lado político de la ley y, al mismo tiempo, el lado lógico de la misma. En ocasiones juzgaba en parte ambos lados, pero nunca se decantaba del todo por uno en concreto. Y ese fue uno de sus grandes aciertos.
El boom del film de 1971 hizo que muchos no fueran capaces de disociar al actor (Clint Eastwood) del personaje (Harry Callahan). Ni tampoco fueron capaces de hacer lo propio con la película, el entretenimiento y la política. Estos fueron, en su mayoría, los críticos que rápidamente catalogaron al film y a su protagonista de “fascistas”. Vale, Harry el sucio y sus secuelas no eran precisamente ‘Mary Poppins’, pero tampoco eran la reencarnación del mal hecho celuloide ni ningún llamamiento al alzamiento de las armas… En gran parte, ‘Harry el fuerte’ fue una respuesta a todos ellos. Incluido el doblador para la versión en castellano del film original, Constantino Romero, que pasó de prestar su voz en castellano a Clint para la secuela alegando problemas de agenda. Y, años más tarde, admitiría que lo hizo por motivos políticos.
‘Harry el fuerte’ es un notable estudio de personajes. Por un lado, tenemos a Harry. Por el otro, al teniente/superior que sabe más de política y burocracia que de patear las calles (ojo a cuando se enorgullece de no haber sacado nunca el arma de la funda). Y, finalmente, están los llamados “villanos”. Unos ajusticiadores que acaban confundiendo y juzgando a Harry erróneamente. Toda la película, desde el punto de vista argumental, puede competir con la cinta original (atención al speech del cabecilla en secreto del grupo y a la respuesta de Harry).
Además, cuando la acción aparece lo hace manera brutal. Una acción seca, muy efectiva y sin alardes ni concesiones fáciles a la pirotécnica. Ejemplos maestros de ello son: el asalto a Palanzio con el propio Eastwood jugándose el pellejo encima del capó del mafioso. Y, por supuesto, el memorable clímax en el astillero con Harry desarmado y debiendo usar su astucia para acabar con los malos. Unas secuencias en las que el duro inspector demuestra que la experiencia es un grado en esos casos.
En el casting vuelve a destacar Clint Eastwood, que le insufla más rabia aún a su personaje. Pero es una rabia interna que, en un momento dado, usa para fulminar a varios personajes con su mirada. Y, en otro momento, la convierte en determinación a la hora de tener que salvar su pellejo. Sin duda, este film ayudó sobremanera a elevar a Harry Callahan como el icono máximo del policía defensor absoluto de la ley.
Por otra banda, Hal Holbrook se va engrandecido por minutos como Briggs. Toda vez que nos sentamos para analizar su personaje, vemos la enorme labor que lleva a cabo. Y no conviene decir nada más de su papel, mejor verlo. También está David Soul que empezó aquí a ganarse la inmortalidad antes de ‘Starsky & Hutch’ (1975). Interpreta a Davis, un patrullero novato que puede competir en puntería con el mismísimo Callahan… enfrentando su Magnum 357 con el Calibre 44 de Harry.
Por último, inenarrables apariciones por diferentes motivos para otros destacados: Mitchell Ryan como McCoy, un veterano policía de la quinta de Harry que se muestra desesperado por la indefensión de los políticos al cuerpo de policía. Pero, al mismo tiempo, se niega abandonar la calle. Y ¡cómo no! Albert Popwell volviendo a la saga como un proxeneta sin escrúpulos en dos indescriptibles secuencias seguidas. Completando el elenco están otros de los novatos afines al grupo de patrulleros de nueva hornada de Davis: Tim Matheson y Robert Urich como Sweet y Grimes.
“Callahan, no me gusta la gente que mete las narices donde no le importa. Así que lárgate o te acordarás. Se te ha dicho que te apartes de homicidios. No tengo nada personal contra ti, pero no quiero que la gente proteste por la brutalidad de la policía cada vez que sales a la calle” (Briggs)
En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Harry el fuerte, un film policíaco realmente conseguido. La película cuenta con un guión que sabe estructurar perfectamente las capas grises que forman parte de los hombres. Funciona a la perfección como respuesta clara a los debates surgidos de la cinta original y la complementa dejando claro de qué lado de la ley estaba su protagonista. Memorable duelo interpretativo y de carácter entre Eastwood y Holbrook.
Tráiler de Harry el fuerte
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