Goool 2: Viviendo el sueño
Tras recibir un escandaloso 0 a 3 contra su máximo rival, el F.C. Barcelona, en el Bernabéu y en la última jornada de la Liga, que además lo dejó sin títulos que levantar, el Real Madrid y su entrenador, el holandés Rudi Van der Merwe, deben afrontar una revolución en su plantilla: la llegada de varios jugadores que sirvan de revulsivos a los “galácticos”. Para ello se fijan en la nueva sensación del momento: el joven Santiago Muñez del Newcastle United. (Cineycine).
Una nueva temporada está a punto de comenzar y en el club más mediático del mundo se avecinan muchos cambios. El Real Madrid tiene que acabar con una desastrosa racha de cuatro años sin levantar ningún trofeo… Para ello, el club merengue lleva a cabo una serie de fichajes: Gavin Harris (genial futbolista inglés) es uno de ellos, el complemento perfecto para los Beckham, Zidane, Raúl y cía… Pero hay un as en la manga, en el último día del mercado de fichajes surge un trueque inesperado con el Newcastle United: Michael Owen por Santiago Muñez. Comienza… ‘Goool 2: Viviendo el sueño’.
“Nadie le dice que no al Real Madrid” (Gavin Harris)
Crítica de Goool 2: Viviendo el sueño
‘Goool 2: Viviendo el sueño’ es la continuación inmediata de ‘Goool: La película’ (Danny Cannon, 2005). Y como ya adelantamos en el artículo de aquella, la segunda parte de una trilogía sobre la vida de un joven que de la nada llegó a lo más alto. Ese joven es Santiago Muñez (ahora sí, con Ñ, en vez de N), quien alcanzará la cima de todo profesional cuando es fichado por el todopoderoso Real Madrid para lucir el número 30 de tan gloriosa camiseta.
Para esta secuela se contó con un director español, ya que los productores querían alguien que conociera bien las particularidades españolas. Así pues Jaume Collet-Serra vino a sustituir a Danny Cannon y se hizo cargo de la unidad desplazada a España, toda vez que las escenas grabadas en Japón fueron durante la gira por Tokio del conjunto blanco. Además, y para los momentos de la acción en Newcastle, se usaron tomas recicladas del primer film y material de segunda unidad. Collet-Serra tenía una idea clara en la cabeza: quería que la película fuera una especie de vertiginoso videoclip, en donde el protagonista (Santiago Muñez) se viera arrastrado por todo lo que representa ser un jugador del Real Madrid y vivir en una ciudad como la capital de España.
El resultado es un film que, en demasiados momentos, peca de forzado y falso, con un molesto tono de culebrón obra de un guión demasiado escrito para la galería y al servicio de la “realidad” que, en aquellos años, vivía el propio Real Madrid con la era de los galácticos en su máximo apogeo. Algo que Collet-Serra y los productores no obviaron, sino que trasladaron a la pantalla grande, presentando a los futbolistas como divos y nuevas estrellas del rock, tan preocupados o más en vivir la vida al máximo que en ser invencibles sobre el terreno de juego…
El tono es, sin duda, el mayor lastre del film. Mientras en la cinta de Cannon se respiraba aire de la calle, obrero y humilde… aquí es todo lujo, materialismo y superficialidad. Algo que, irremediablemente, acaba sacando al espectador por completo del film (a no ser que uno sea seguidor acérrimo del Real Madrid) y de la ilusión que este quiere representar, quedando todo en una especie de desfile de celebrities para mayor gloria de los verdaderos jugadores del Real Madrid y de la entidad de Chamartín. Aquella fina línea entre realidad y ficción que Cannon supo mantener bajo control, Collet-Serra la traspasa sobradamente.
Serra no esconde en ningún momento su gusto por el cine de Scorsese, incluso hay un plano secuencia en el film calcado del de ‘Uno de los nuestros’ (1990) en donde los personajes recorren varias cocinas de restaurantes. Parece que, además de rodar partidos de fútbol reales, esa era la gran ambición del director barcelonés: el hacer una especie de GoodFellas en clave futbolera. Como siempre, sobra decir que las comparaciones son odiosas. Sin duda estamos ante su peor trabajo tras las cámaras. Nada que ver con lo mostrado en sus colaboraciones posteriores junto a Liam Neeson.
Kuno Becker repite como “Santi” Muñez, aquí conocido como el “Súper-Suplente”. Básicamente el personaje de Muñez viene a ser lo que era Michael Owen en aquellos años en el conjunto blanco: el jugador nº12 que, saliendo desde el banquillo, siempre acaba marcando y dando victorias a los blancos cuando alguno de los “galácticos” no tenía su día. El hecho de que el propio Muñez venga al Madrid a sustituir al inglés es toda una declaración de intenciones por parte de los guionistas.
Becker intenta seguir dando credibilidad a su personaje pero acaba engullido por una historia imposible de creer. Una historia que termina siendo rematada con la reaparición de su madre, la cual lo abandonó cuando era niño (o eso creía), o la inclusión de un nuevo hermano pequeño interpretado por Jorge García Jurado (“Los Serrano” en Televisión). Como si está sub-trama no fuera suficiente, además, Santi debe de lidiar con una periodista del corazón que va a por él con todo (Jordana García interpretada por Leonor Varela) aprovechado que su prometida (Roz a la que da vida Anna Friel) se quedó en Newcastle para terminar su carrera de enfermería.
Alessandro Nivola regresa como Gavin Harris, el anárquico delantero titular del conjunto blanco capaz de lo mejor y lo peor. Nivola es un excelente actor de carácter y aquí consigue permanecer intacto al caos narrativo que son las numerosas historias paralelas al fútbol que Collet-Serra plantea. Su genial recreación de bala perdida sigue en evolución (atención a cómo recurre a mil y un trucos para disimular que sus mejores años ya han pasado). El propio Nivola convivió con los jugadores del Madrid durante toda la pretemporada en Tokio, incluso su estancia en Madrid fue no muy lejos de la avenida de la Castellana (donde se ubica el estadio blanco). Personalmente pude verlo en varias ocasiones por los alrededores de Callao y la calle Preciados, haciendo vida normal y pasando totalmente desapercibido.
El veterano Rutger Hauer (Rudi Van der Merwe) fue una de las grandes incorporaciones al nuevo reparto. Hauer tiene a su cargo el rol de manager principal de los “blancos” en un personaje bastante parecido a Louis Van Gaal. Todo un tiburón como Hauer no tiene apenas que hacer esfuerzos para lograr dar empaque a su personaje, aunque tampoco le dan tiempo en pantalla para resultar tan didáctico y trascendente como el entrenador del Newcastle United del primer film.
También hay sitio para actores patrios en el film: Elisabeth Peña (Rosa, la madre de Muñez), Carlos Kaniowsky como el propietario del castizo bar donde trabaja Rosa y Carmelo Gómez (Burruchaga, una especie de intermediario en el fichaje de Muñez con los merengues). Y en todo un adelanto a la realidad podemos encontrar al germen de Aitor Karanka en el banquillo blanco: Steve McManaman, la mano derecha de Van der Merwe y quien se encarga de dar las instrucciones tácticas a los jugadores.
Como parte del acuerdo que los productores lograron con ADIDAS y el Real Madrid, un buen número de jugadores reales y blancos aparecen con diálogo y una presencia continuada durante el metraje, sobre todo David Beckham, quien rodó escenas especificas con Muñez & Harris sobre el césped del Bernabéu. Estas escenas fueron luego insertadas en partidos de verdad, igual que Iker Casillas. Mientras que futbolistas como Guti, Gravesen o Iván Helguera tienen apariciones con diálogos en escenas grupales con los protagonistas ficticios del film: Muñez y Harris. Incluso Florentino Pérez hace un cameo real interpretándose a sí mismo junto a Rutger Hauer en una reunión para el fichaje de Santiago que tiene lugar en Tokio.
Del mismo modo que la historia ha bajado muchos enteros en esta nueva entrega, es de justicia resaltar que los partidos de fútbol mejoraron en dinamismo, siendo estos una especie montaña rusa al estilo ‘Oliver & Benji’, tomando imágenes reales de partidos jugados por el Real Madrid en la temporada y centrándose en la Champions League, la máxima competición de clubes a nivel europeo. Así veremos a equipos como el Olympiacos (con Rivaldo como gran estrella), Olympique Lyon (en los tiempos mágicos de Juninho Pernambucano), Rosenborg o Arsenal. De la liga española hacen acto de aparición dos grandes como el F.C. Barcelona (con Ronaldinho y Etoo como estandartes) en las primeras escenas que abren el film (apuntemos como curiosidad que Collet-Serra es aficionado culé) y el Valencia C.F. en donde jugaban históricos como Ayala, Albelda, Baraja, Vicente o Pablo Aimar. Atención especial merece la súper-final de la Copa de Europa con el Arsenal de Henry, Cesc o Reyes.
En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Goool 2: Viviendo el sueño, una secuela bastante inferior al original que se centra demasiado en el fenómeno “Galácticos” y deja de lado la verdadera historia de superación del personaje protagonista. Vendría a ser como los peores momentos de ‘Rocky IV & V’, aquellos en los que el protagonista perdía su humildad víctima de su entorno y la opulencia. El problema es que luego ya no resulta real cuando Muñez ha de bajar de nuevo al barro y sólo queda un desfile de rostros conocidos, coches rápidos, fiestas y algunos buenos instantes de fútbol en la lejanía.
El plano: Muñez siendo presentando en el palco del Bernabéu. En realidad es la presentación de Robinho que fue eliminado digitalmente y sustituido por Kuno Becker.
La escena: Atención al empleo de la música y las imágenes reales del 0-3 que el Barcelona endosó a los blancos, las cuales abren el film acompañadas del “Ave María”.
La secuencia: La final contra el Arsenal, partido que en la realidad correspondía a los cuartos de final de la Champions League, donde el Real Madrid fue eliminado por los gunners en una actuación gloriosa de Thierry Henry y que le valió su fichaje por el F.C Barcelona al año siguiente.
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