En el ojo del huracán
Marcus Ray es un ex inmigrante ilegal en Asia que, tiempo atrás, vivió al otro lado de la ley. Ahora está a punto de verse envuelto en medio de una conspiración a nivel mundial. Y todo cuando, sin comerlo ni beberlo, su socio en la empresa de vaqueros, que llevan a medias, le confiese que es un agente de la CIA. (Cineycine).
Van Damme y Tsui Hark decidieron volver a juntar sus talentos, tras ‘Double Team’ (1997), en otro film mucho más alocado y “JackieChaniano” aún. Una película que contaba con, a priori, unos ingredientes infalibles. Entre ellos, un guión de Steven E. De Souza, o un ecléctico reparto de buenos actores especialistas en varios papeles. Pero ni siquiera estos mimbres fueron suficientes para recuperar la carrera de Van Damme, ni tampoco para consagrar a Tsui Hark en Hollywood. Hoy nos metemos de lleno… ‘En el ojo del huracán’.
“He accionado el detonador. ¡Adiós! mundo cruel” (Harry)
Crítica de En el ojo del huracán
Ver este film puede llegar a ser un lío monumental. Empiezo así esta reseña porque por el metraje no paran de aparecer personajes secundarios, sub-tramas conspiranóicas, malosos de todas las nacionalidades, amigos que no son amigos, enemigos que son amigos, amigos que son enemigos pero resulta que son amigos, en fin… Y todo esto condensado en menos de una hora y media de acción sin pausa. Y es ahí donde se repiten, nuevamente, los mismos errores del pasado (véase lo peor de ‘Double Team’). Principalmente, lo que vuelve a fallar es el guión. Y falla porque Tsui Hark, como de costumbre, se centra totalmente en las espectaculares escenas de acción y en los inauditos, y casi siempre geniales, movimientos de cámara.
Da qué pensar que cuando Hollywood recluta a un director extranjero de talento, y es obvio que a Tsui Hark le sobra, luego le marque unas pautas por donde moverse, le limite su campo de acción y le obligue a que el resultado sea igual o mejor que cuando trabaja en su país nativo con total libertad creativa. Esto es algo que es bien visible en las dos colaboraciones de Van Damme con Hark. También pasa en la mayoría de la filmografía de John Woo en los Estados Unidos, a excepción de ‘Blanco humano’ (1993) y ‘Cara a cara’ (1997).
Otro punto que cuesta creer es que Steven E. De Souza entregara un libreto tan incongruente como este. Una sucesión de sinsentidos que no llevan a ningún lado, por lo menos a ninguno coherente. Aunque el guionista ya mostró flaqueza en ‘Street Fighter’ (1994) cuesta creer que firmese un script como el de ‘En el ojo del huracán’ y le dieran luz verde. Esto me huele a tijeretazo por parte de los productores. Al parecer, los jefes andaban con muchas prisas para estrenar la cinta a tiempo con el fin de que no perdiera actualidad. Recordemos que la historia de fondo cuenta la entrega de Hong Kong por parte de Gran Bretaña al gobierno chino en 1997.
El libreto de ‘En el ojo del huracán’ es de los que no aguantaría un interrogatorio. Algunos ejemplos: ¿Por qué todas las sinopsis conocidas del film presentan al personaje de Van Damme como agente de la CIA si no lo es? ¿De dónde sacó esas increíbles dotes marciales que no están explicadas en ningún momento? Habilidades que serían más propias de Tommy Hendricks, el personaje de Rob Schneider, que para eso es el agente de la CIA. Aunque en defensa de Hendricks hay que especificar que pertenece al departamento de Inteligencia. Lo cual es un clarísimo error argumental, puesto que al no ser un agente de campo, ni un especialista en infiltración enemiga, entonces ¿Cómo va a llevar a cabo una tapadera fiable y luego entrar en acción de forma procedente?
La filmación no fue un camino de rosas. Primero estaba el hecho de que el film iba a contrarreloj. A eso había que añadir el frenético ritmo de rodaje (más de 16 horas diarias tuvieron que soportar los actores). Y además estaba el constante entrenamiento marcial que Van Damme practicaba por aquellos tiempos y que llevó al actor a padecer de insomnio. Amén de sus problemas personales que le llevaron a darse cuenta de que algo iba muy mal en su vida. A destacar el momento en que una noche, en el hotel, sufrió un repentino desvanecimiento. Que luego se sabría que fue fruto de las agotadoras jornadas de rodaje, el entrenamiento paralelo y el ocio nocturno.
Para bien o para mal, ‘En el ojo del huracán’ fue un punto de no retorno en la carrera de Van Damme. A partir de aquí decidió que ya era hora de salir del infierno de las drogas (cocaína) en el que se encontraba. Para ello, fue clave divorciarse de Darcy La Pier (conocida caza-fortunas de Hollywood, tercera esposa de Jean-Claude y madre de su tercer hijo, Nicolas). El astro belga buscó un nuevo rumbo en su vida y en su carrera artística. Tras una dura lucha, pudo dejar atrás el infierno de la droga. Un tema que él mismo no obvió en la magistral cinta semi-autobiográfica, ‘JCVD’ (Mabrouk El Mechri, 2008). Finalmente, consiguió desengancharse tras un periodo de rehabilitación en clínicas de desintoxicación.
Aún con todos los problemas de producción que padeció, ‘En el ojo del huracán’ es un más que digno festival de acción para los sentidos. Un divertimento acelerado, filmado (que no firmado) de forma prodigiosa por Tsui Hark. El realizador chino se da el gusto de situar la cámara en los lugares más recónditos: desde el interior de una zapatilla hasta el ojo de un muñeco. El ritmo es prodigioso. Y, a pesar de los defectos de su guión, el timing del montaje posee un toque endiablado sin apenas un segundo para el respiro, intercalando escena de acción una tras otra de forma magnífica. De esta forma, se regala al espectador una sucesión de set pieces con la siguiente siempre más grande que la anterior.
En cuanto a las interpretaciones, decir que todos cumplen, más o menos, con el rol por el que son conocidos. Van Damme siendo el centro de las peleas y tiroteos. El actor marcial añade, en esta ocasión, una vena cómica y una ligereza a su personaje que encajaba mucho mejor en otras producciones que en esta película. Rob Schneider es Tommy, el alivio cómico y actúa en consecuencia. Si bien no es que se luzca mucho en ese aspecto, tampoco llega a resultar chirriante. Paul Sorvino aporta su buen hacer a nivel interpretativo. Lela Rochon nos obsequia con su espectacular belleza y un manejo nada despreciable en las escenas de acción. De los intérpretes asiáticos tenemos el semi-cameo de Carmen Lee, y un rol secundario para Michael Fitzgerald Wong, que debía de servir de puerta de lanzadera para el actor en USA, pero quedó en agua de borrajas.
“En estas pelis se suda mucho” (Tommy)
En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de En el ojo del huracán, una cinta que planteaba muchas novedades dentro de la filmografía del astro belga. Aunque, al final, entre las prisas y el mal momento personal de Van Damme, acabó resintiéndose. Sobre todo teniendo en cuenta los mimbres que había para haber hecho un film de acción memorable. Al final nos queda una película muy entretenida, pero de esas que si uno ve con el cuchillo entre los dientes puede acabar muy mal parada. Lo mejor es sentarse, relajarse y dejarse llevar.
Tráiler de En el ojo del huracán
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