El ente
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Se cumplen más de 35 años desde su estreno en Estados Unidos pero esta historia sigue conservando, a día de hoy, todo su impacto. A comienzos de los años 70 Doris Bither sufrió una serie de violentísimos y vejadores ataques de carácter paranormal y sexual. Su historia fue llevada al cine en la película… ‘El ente’.

“Yo estaba sola en mi habitación… y alguien me pegó y se me echó encima… pero allí no había nadie”.-Carla Moran.

Crítica de El ente

Sidney J. Furie firmó con ‘El ente’ la mejor película de su filmografía. Una filmografía que cayó en picado y hacia el olvido tras ese despropósito que supusoSuperman IV: En busca de la paz (1987). Curiosamente, un año antes de ese hundimiento venía de dirigir el éxito comercial de ‘Águila de acero’, luego lo intentó con alguna secuela del film de las “águilas” pero su sentencia ya había sido dictada…

Para este tremendo film de género que es ‘El ente’, el director canadiense se apoyó en una historia real: el caso de Doris Bither, un suceso paranormal que tuvo mucho eco en su tiempo. La señora Bither era una madre soltera (tres hijos y una hija) que se presentó ante el conocido Doctor e investigador Barry E. Taff. Doris afirmaba que era violentada sexualmente por tres entes sobrenaturales. Taff y su equipo ahondaron en el caso e incluso llegaron a obtener “pruebas” del suceso al creer fotografiar a uno de estos entes de energía sobrenatural que atacaban a la indefensa mujer. Ante estos hechos el equipo del doctor Taff le recomendó un cambio de casa, sin embargo, los ataques continuaron… hasta que Doris Bither finalmente falleció víctima de cáncer.

Lo que la película recoge en su guión, con algún cambio destacado (especialmente, el clímax final con los tanques de helio), es lo descrito anteriormente, esto es, el “caso real” de Doris Bither. Un expediente que fue llevado al papel por Frank De Felitta en su novela homónima y que aquí se encargó también del guión. Un script sobresaliente en el que se contraponen, claramente, dos posturas irreconciliables a la hora de buscar explicación ante “lo imposible”. De esta forma, y por un lado, tenemos la posición racional de la Psicología/Psiquiatría apelando a alucinaciones, recuerdos reprimidos de la infancia, la histeria o las fantasías y tabús sexuales… Por otro lado, nos encontramos con la postura de la Parapsicología que trata de buscar la explicación en temáticas más “irracionales” como la presencia de otros planos de la existencia.

La confrontación entre Psicología y Parapsicología está muy bien expuesta y desarrollada en el film a través de las figuras de los médicos/psiquiatras y de la típica pareja de “investigadores paranormales”, unos personajes que luego tantas veces hemos visto imitados en otros films (en la reciente saga ‘Insidious’, sin ir más lejos y con, curiosamente, Barbara Hershey en el reparto). Quizás se echa en falta una referencia directa y más expuesta y/o desarrollada a los denominados íncubos, que se quedan en una simple mención genérica del Psiquiatra Sneiderman al referirse a “Demonios y otros seres medievales”… mientras que el equipo parapsicológico ni los menciona, centrándose básicamente en apelar a otros planos existenciales, tal y como dice la Doctora Cooley: “Yo siempre he pensado que hay varios planos de existencia distintos y separados. Y que los seres humanos habitamos sólo uno”.

Al margen de la interpretación de Barbara Hershey (que comento unas líneas más abajo), hay otros dos puntos que alzan la película. El primero es la agresiva dirección de Furie que, con sus planos angulosos y picados, logra crear una sensación ciertamente molesta para el espectador con lo que está viendo… y el segundo es la también tremendamente violenta BSO de Charles Bernstein. Cada vez que Carla es atacada, el compositor ejecuta unos acordes brutales que nos hacen sentirnos a nosotros mismos como víctimas de los asaltos, o cuanto menos muy presionados ante lo que vemos y oímos. Esta es una de las mejores bandas sonoras que yo recuerdo en un film de terror, y resulta totalmente identificadora de la película en cuestión. Y ojo, porque tan sólo dos años después, Bernstein compondría la BSO de Pesadilla en Elm Street (Wes Craven, 1984) con aquella maldita e inolvidable melodía…

“Un ente… así es cómo lo llaman”. Fenómenos extraños.

Respecto al reparto, es obligado destacar la impresionante labor de Barbara Hershey como Carla Moran (nombre ficticio usado en el film para referirse a Doris Bither). La actriz se lanza a tumba abierta en una interpretación absolutamente desprejuiciada y valiente. Una perfomance que la lleva a mostrarse totalmente desnuda a ojos del público y a fingir (con espeluznante realismo) unos escabrosos ataques paranormales que nos dejan absolutamente impactados… y más en la época de estreno del film. Además, hace pasar a su personaje por varios y conseguidos estados de ánimo: histeria, tristeza, rabia,…

El otro gran protagonista del film fue Ron Silver como Phil Sneiderman, el médico psiquiatra que se hace cargo del caso de Carla. La actuación de Silver es todo lo contrario de la de Hershey, en pantalla se muestra totalmente calmado y analítico, intentando encontrar respuestas racionales a lo que Carla le va contando. Ahora bien, a medida que los sucesos se van precipitando va dejando atrás su imperturbable pose de ciencia.

Otros intérpretes que merecen ser citados son David Labiosa como Billy, el hijo mayor de Carla. Labiosa cumple bien y con mucho nervio en aquellas escenas en las que ve a su madre atacada. Richard Brestoff y Raymond Singer hacen muy buen papel como Gene y Joe, la típica pareja de investigadores paranormales que responden ante la doctora Cooley a la que interpretó Jacqueline Brookes. Finalmente, y en roles de apoyo, aparecieron Margaret Blye y el gigante Alex Rocco, la primera como Cindy (la mejor amiga de Carla) y el segundo como Jerry (su maduro prometido).

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El ente, una película que todo amante del cine de espíritus y poltergeist está obligado a ver, ya que nos encontramos ante una obra de referencia en este campo. Eso sí, queda descartada para personas que tengan cierta sensibilidad ante determinados temas, pues algunas de sus escenas resultan muy impactantes todavía hoy en día. Recomendada.

Tráiler de El ente

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