Dennis Hopper, un rebelde en Hollywood
Hace ya unos años que nos dejó uno de los grandes personajes de Hollywood en los últimos cincuenta años. Su nombre: Dennis Hopper, un actor y director que apareció como un tornado a finales de los 60 y como el abanderado del nuevo modelo de americano: hippie, aficionado a la bebida y a las drogas, rebelde sin ningún tipo de causa, y autodenominado el último héroe americano en pie. Conozcamos mejor las historias de Dennis Hopper, el motero (in)tranquilo.
‘Easy Rider’ (Dennis Hopper, 1969) lo convirtió en un mito y referente de una cultura que iba totalmente en contra del “Way of Life”, unos pocos le siguieron y sus carreras quedaron marcadas por ello… otros, aunque amigos, rápidamente mostraron inteligencia y oficialmente dejaron esa vida a mediados de los 70. Hopper se quedó prácticamente solo y en los 80 comenzó su peregrinaje: una penitencia que aceptó oficialmente mientras seguía queriendo cambiar el sistema.
En esos tiempos mostró parte de su talento en obras en donde de verdad se comprometía, mientras que aceptaba los papeles que Hollywood estaba dispuesto a darle, siempre dejando en evidencia que Hopper era el malo de la “película” y el vencido de la batalla. Sólo pudo dar todo lo que tenía cuando se ponía tras las cámaras y muchas veces ni eso. Nunca terminó de levantar su ansiada secuela de ‘Easy Rider’ y con el cambio de siglo, viejo, y dicen que acomodado, aceptó parodiarse en films que bebían de su obra magna, o en anuncios para TV.
Su final fue tremendamente doloroso, una de sus últimas apariciones públicas fue en 2010 para inaugurar su estrella en el paseo de fama, ya en la recta final de su enfermedad que lo destrozó por dentro. Acompañado de amigos fieles como Peter Fonda o Jack Nicholson, Hopper vivió su ultimo gran momento, un detalle que Hollywood le dio para despedirse dejando su huella. A pesar de todo lo que fue en vida, Hopper había trascendido y lo justo era reconocérselo. A continuación destacaremos algunos de sus mejores momentos, sus amistades con grandes estrellas y sus enfrentamientos con actores y directores de la industria. Es hora de conocer un poco más a Dennis Hopper.
“Yo introduje la cocaína en Estados Unidos, antes de ‘Easy Rider’ prácticamente nadie la tomaba, después, todo el mundo empezó a consumirla” (Dennis Hopper).
El comentario inicial de este “Hollywood Confidencial” (Dennis Hopper, el motero (in)tranquilo) viene a cuento del film original de ‘Easy Rider’ (nunca traducido en España) y del morboso libro, intencionadamente documentado para crear polémica ‘Moteros tranquilos, toros salvajes’ de Peter Biskind (Easy Rider & Raging Bulls).
En la citada obra que, sobre todo, se centraba en los años 60 y 70, Biskind hacía un recorrido por la década que cambió Hollywood, buscando claramente el morbo, entrevistando a ex-parejas, agentes, periodistas, cronistas, crews y productores que convivieron con las grandes estrellas de aquellos “maravillosos” años. A lo largo de sus 572 páginas, encontraremos hasta diecisiete menciones directas a Hopper.
“Los de mi generación creíamos en hacer películas por menos de 1 millón de $, pero los productores importantes creían que socavaban el sistema” (Dennis Hooper).
En una fiesta, Dennis, borracho y amenazador, se dirigió a George Cukor (mítico productor) y le dijo: “Nosotros (su pandilla) vamos a enterrarte, nosotros vamos a tomar el poder, estás acabado”… Tras el tremebundo boom cultural rebelde que significó la ya citada ‘Easy Rider’, Hopper se montó su propia película, un anti-western en donde los indios acabarían con el héroe americano consumido por el sistema. Como no encontraba a ningún actor suficientemente bueno para el papel protagonista quiso asignárselo a sí mismo, igual que la silla de director, le contestaron: “Tú no puedes ser el protagonista, verán a Dennis Hopper, y tú no das pena a nadie. Arruinarás la película”.
Desengañado, Hopper cogió su ‘The Last Movie’ y se fue a tocar las puertas de todos los grandes estudios. Universal le dio 850.000 $ para que la hiciera. El productor en línea encargado de trabajar con Hopper le preguntó al presidente de la compañía como debía de hablar con Dennis: “¿Estás loco? No le hables. Haz lo que hacen todos, dale el dinero y déjalo que se vaya a filmar la película”. Hopper, con el control absoluto asegurado se fue a Perú (auténtica cuna de la cocaína en 1970). Al llegar telegrafió al estudio: “Tardaré un año en montar el film”. Con él se llevó a Peter Fonda y Sam Fuller… La película se terminaría estrenando en 1972.
En Halloween de 1970 se casó con Michelle Philips, su matrimonio duró una semana. Aunque desde el primer día Philips sabía que había cometido un grave error… el punto culminante fue cuando Hopper borracho empezó disparar su arma al aire dentro de la casa. Philips interpuso una demanda de maltrato y sugirió a Dennis que se suicidara.
“¿¡Dónde está ese maricón de Hopper!?” (John Wayne).
En el capítulo de sus desencuentros con las grandes estrellas cabe destacar que durante el rodaje de ‘Valor de ley’ (Henry Hathaway, 1969) Hopper (que ya había trabajado con “El Duque” en ‘Los cuatro hijos de Katie Elder’), empezó a soltar insultos delante de las hijas de John Wayne y cuando este se enteró, cogió un helicóptero y se presentó en el set: “¿¡Dónde está ese maricón de Hopper!? Ese maldito bastardo está diciendo “mierda” y “chupapollas” delante de mis hijas. Quiero a ese rojo cabrón. ¿¡Dónde se ha escondido el muy comunistoide!?”… Durante horas, Wayne lo buscó por todo el set, pero Hopper se metió en una caravana de un miembro “afín” del equipo de rodaje. Allí permaneció hasta que se hizo de noche y Wayne se fue a casa.
Dennis fue un amigo íntimo de James Dean, a quien conoció durante el rodaje de ‘Rebelde sin causa’ (Nicholas Ray, 1955), y al que consideraba el mejor actor de la historia. Hopper creía en Dean y Dean tenía a Hopper como a un hermano pequeño. Por ello, no dudó en reclutarle de nuevo para ‘Gigante’ (George Stevens, 1956) junto a Sal Mineo, y para un papel de reparto. Cuando Dean murió, Hopper culpó al sistema.
Aún en su juventud, tuvo el valor de plantarle cara interpretativamente a Kirk Douglas y Burt Lancaster en ‘Duelo de titanes’ (John Sturges, 1957). Fue uno de sus mejores papeles, aunque no paraba de meterse con Lancaster por su condición sexual, eso sí, nunca se lo dijo a la cara.
“El horror, el horror” (Coronel Kurtz).
A quien no pudo acercarse fue a Marlon Brando en el set de ‘Apocalypse Now’ (Francis Ford Coppola, 1979). Brando odiaba tremendamente a Hopper por maltratador y por enorgullecerse de ser un borracho y un alcohólico, y seguramente por armar jaleo en la casa contigua a la de Brando, que era propiedad de Jack Nicholson.
Todas las escenas que Brando debía de compartir con Hopper se rodaron por separado, el único momento en donde estuvieron en el mismo set juntos fue cuando Hopper se asoma a la guarida de Kurtz (Brando) y este le lanza insultos y un objeto contundente, se rodó de una sola vez, y Brando acertó a la primera a dar a Hopper. Aunque nunca compartieron plano en el film, durante el rodaje, Hopper no paraba de acercarse a Coppola cuando este repasaba el papel de Kurtz con Brando y soltaba las parrafadas más insólitas que uno puede imaginar, parte de ellas se pueden ver en el memorable documental ‘Hearts of Darkness’.
“Amigos para siempre”.
En los ochenta, Hopper apareció en varios films haciendo prácticamente de sí mismo, es decir “de borracho”. Cintas como ‘La ley de la calle’ (Francis Ford Coppola, 1983) o ‘Hoosiers’ (David Anspaugh, 1986). En ‘Hoosiers’ tuvo serios encontronazos con todo un antiguo marine de los EEUU como Gene Hackman, mientras que en primera se lo pasó en grande con Mickey Rourke y Matt Dillon.
Sean Penn, Val Kilmer o Kevin Costner fueron amigos que siempre pensaron en Hopper para un papel o tenían la línea telefónica disponible para cualquier problema. Al mismo tiempo, Hopper ayudó mucho a Penn durante los 80, cuando su figura en Hollywood ardía en llamas y le dio un agradecido papel co-protagonista en ‘Colors’ (1988), Penn puso el nombre de Hopper a uno de sus hijos en honor a Dennis.
En el año 2001 Hopper aceptó ‘Tiempo límite’ (Albert Pyun) sólo por dinero. Su papel era un calco exacto del villano de ‘Speed’ (Jan De Bont, 1994), uno de sus papeles más recordados. Como gran parte del equipo de rodaje, Hopper no soportaba a Steven Seagal, quien pensaba que estaba haciendo un papel de prestigio en una cinta seria.
“Gracias a esa película puedes tener esos zapatos nuevos”. (Dennis Hooper).
A mediados de los 80 parecía recuperar la forma con grandes apariciones en ‘Terciopelo azul’ (1986), cinta en la que convenció a David Lynch de que era el actor perfecto para el papel de de Frank, porque él era Frank… pero al mismo tiempo también aceptaba protagonizar una de las peores películas de su carrera (en sus propias palabras), la cinta en cuestión fue ‘Masacre en Texas II’ (Tobe Hooper, 1986).
En los 90 la cosa no mejoró, tras el fiasco que supuso ‘Camino de retorno’ (Dennis Hopper, 1990), de la que renegó como director firmando con el famoso alias “Alan Smithee”, no dudó en aceptar ‘Super Mario Bros’ (Annabel Jankel y Rocky Morton, 1993), esto fue algo que su propio hijo se lo reprochó, a lo que Hopper le contestó: “Gracias a esa película puedes tener esos zapatos nuevos”.
De nuevo con ‘Amor a quemarropa’ (Tony Scott, 1993) –una de sus mejores apariciones en pantalla- parecía recuperar crédito, igual que con la ya citada ‘Speed’, gracias a la cual se ganó una fama de actor que daba muy bien el tipo como villano. Además, Costner lo puso en “la lista A” para el maloso de ‘Waterworld’ (Kevin Reynolds, 1995).
En total, Dennis Hopper dirigió siete films, a saber: ‘Easy Rider’ (1969), ‘The Last movie’ (1971), ‘Caído del cielo’ (1980), ‘Colors’ (1988), ‘Camino de retorno’ (1990), ‘Labios ardientes’ (1990) y ‘Misión explosiva’ (1994). Fue nominado dos veces a los Oscars, la primera vez por ‘Easy Rider’ en la categoría de mejor guión original junto a Peter Fonda y Terry Southern; y la segunda vez como mejor actor de reparto por ‘Hoosiers’.
Hooper murió el 29 de mayo de 2010, sólo unas pocas semanas antes de cumplir setenta y cuatro años, un terrible cáncer de próstata ya lo había aniquilado por dentro. Desde aquel día, todos los que le conocieron le recuerdan con una sonrisa, y es que a pesar de todo, era también un tipo con el que nunca te aburrías. Era único e inimitable. Era, y siempre será, una leyenda de Hollywood. Era Dennis Hopper, un rebelde en Hollywood.
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