La última casa a la izquierda (2009)
Mari es una adolescente fanática de la natación que acompaña a sus padres a pasar unos días de vacaciones en la finca que la familia tiene en las montañas al lado de un lago. Al llegar a la finca, Mari queda con su amiga Paige. Juntas conocen a Justin, un joven algo tímido que las invita a fumar hierba a su motel. Los tres jóvenes disfrutan de un divertido y evasivo rato hasta que irrumpen en la habitación el padre de Justin (Krug), su tío (Francis) y la amante del primero (Sadie). Para las chicas comienza el horror porque Krug es un criminal sin escrúpulos que las someterá a todo tipo de barbaridades. (Cineycine).
En 1972 Wes Craven dirigió una película absolutamente maligna por la forma en la que estaba rodada. La trama también era pura maldad con unos sádicos asesinos que secuestraban, torturaban, violaban y asesinaban a dos jovencitas. Las décadas pasaron y en 2009 Dennis Iliadis dirigió el correspondiente remake. Un remake que contó con la producción del propio Wes Craven. Es hora de regresar a… ‘La última casa a la izquierda (2009)’.
“Es la última casa a la izquierda por si no te acuerdas…”.-John.
Crítica de La última casa a la izquierda (2009)
Recuerdo con bastante malestar el film original de 1972 dirigido por Wes Craven. Y lo recuerdo con “bastante malestar” porque su visionado me produjo un rato muy desagradable. Todo debido a la forma en la que estaba rodado y a su argumento. Aquel era un film de bajo presupuesto que, por momentos, parecía un documental que recogiera imágenes reales. Las torturas y violencia que sufrían allí las dos chicas protagonistas eran francamente perturbadoras e insanas. Además estaba ese humor negro que ridiculizaba, sobre todo, a la policía de la América profunda. Realmente esa película era muy perturbadora.
El propio Wes Craven llegó a hablar de su obra en estos términos: “Decidimos mostrar la violencia tal como es. Destapar la parte escondida de las películas de género hollywoodienses. Dimos la vuelta a todas las convenciones aceptadas hasta entonces para el cine de serie B. Se nos ocurrió enseñar cosas que no se habían visto nunca en la pantalla. Decidimos saltarnos todas las reglas y hacer lo que nos diera la gana”. No hace falta ahondar más en ningún otro tipo de descripción. La película se rodó con un equipo de 15 personas y con un presupuesto que no llegó a los cien mil dólares.
El remake objeto de esta reseña no llega a los límites de crudeza de la original en según qué escenas. Es cierto que estamos ante una película dura debido a su temática y a muchas de sus imágenes. Sin embargo, a día de hoy, ya estamos (tristemente) cansados de ver innumerables barbaridades, no sólo en el cine sino también en la vida real. Es por este motivo por lo que este remake no me produjo las mismas sensaciones desagradables que sí me produjo el film de 1972. Quizás si no hubiera visto el citado film de Craven, esta película del griego Dennis Iliadis me habría impactado más, pero no fue el caso.
En ‘La última casa a la izquierda (2009)’ ya sabía, más que menos, lo que me iba a encontrar. Por ello, no me causó el impacto que, seguramente, el director esperaba conseguir con muchas de las violentas imágenes que contiene. Resaltar que Iiliadis fue elegido para dirigir esta nueva versión gracias al realismo de su film ‘Hardcore’. Esta fue una cinta que estrenó en 2004 sobre la prostitución adolescente en la Grecia actual.
En ambas versiones, la de 1972 y la de 2009, estamos ante eso que yo llamo un film de terror real y humano. Con esto me refiero a que aquí el terror y el mal no lo producen seres venidos del espacio, monstruos mutantes o demonios de otras dimensiones. No, aquí el terror lo produce el propio ser humano. Eso es lo más espantoso del tema, porque lo que pasa en ambos films puede perfecta y desgraciadamente estar sucediendo ahora mismo en algún lugar del mundo. Puede sucederle a cualquiera y lo más aterrador… ¡podría incluso sucederle a usted!
Ahora bien, expuesto todo lo anterior, no dudo que esta película puede llegar a impactar y hacer pasar un rato perturbador e incómodo a todos aquellos espectadores que no conozcan la cinta original. Escenas para ello tiene. Escenas crueles y violentas (explícitas y alguna más o menos implícita) que no son aptas para todos los paladares. Los espectadores no curtidos pueden llegar a impresionarse o encontrar desagrado.
Solo recomendaría el visionado de este film a todos aquellos que quieran pasar un rato de “insana evasión”. También a aquellos que quieran ver una película un tanto cruda, hartos de las guarderías en las que, últimamente, parece que se están convirtiendo casi todas las películas estrenadas con fines más o menos comerciales.
“Tenemos que estar preparados para hacer lo que sea”… Regreso a la última casa a la izquierda.
Del reparto cabe destacar la entregada y muy sufrida actuación de Sara Paxton. La rubia actriz interpreta a Mari, una joven nadadora que es muy querida por sus padres, sobre todo tras la reciente pérdida de su hermano mayor. Superado el principio de la película caerá en las garras de Krug junto a su gran amiga del pueblo. Amiga llamada Paige que es otra joven que trabaja en una tienda local. En pantalla la interpreta Martha MacIsaac. Es justo destacar la labor de Sara porque, hasta ese momento, venía prácticamente de rodar comedias fáciles y en esta película tiene escenas muy complicadas y fuertes. Entre ellas «la escena» que protagoniza junto a Garret Dillahunt, que interpreta a Krug, el malnacido sociópata y jefe de su particular y personal pandilla de criminales.
En la pandilla de Krug podemos encontrar al hoy famoso Aaron Paul como Francis, su hermano pequeño. También está el joven Spencer Treat Clark dando vida a Justin, el hijo de Krug. Justin es un adolescente que no congenia con su malvado padre. Recordemos que Spencer fue el inocente niño de ‘Gladiator’ (Ridley Scott, 2000) y ‘El protegido‘ (M. Night Shyamalan, 2000). Por su parte, la actriz Riki Lindhome completa la sádica banda en su rol de Sadie, la novia/amante de Krug. Una mujer que está claramente subordinada a su poder no cuestionando sus actos y participando en ellos. Finalmente, Monica Potter y Tony Goldwyn dan vida a los amables padres de Mari. Los dramáticos acontecimientos los convertirán en improvisados vengadores.
En conclusión.
Finalizo esta crítica de La última casa a la izquierda (2009). Este es un remake cuya principal diferencia con el original radica en que dedica unos pocos minutos más al destino final del grupo de asesinos, y no se recrea tantísimo en las torturas y humillaciones a las que estos someten a las dos jóvenes. Humillaciones que no resultan tan «reales», insanas y desasosegadoras como en la cinta de Craven. Hay algunos otros cambios (algunos importantes y otros no tanto), pero he decido obviarlos para evitar destripes. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esta versión no deja de ser un simple remake “con mejor imagen” que el original.
Tráiler de La última casa a la izquierda (2009)
Escucha nuestro podcast